Proyecto UACH busca ajustar el diagnóstico de tuberculosis bovina
CHILE : Conscientes de la alta prevalencia de otras infecciones que puedan interferir en el diagnóstico, científicos y académicos de la casa de estudios superiores de Valdivia desarrollaron una acuciosa investigación con fondos del Gobierno Regional de Los Ríos, con miras a reducir errores en su detección.
El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) ha implementado el Plan Nacional de Control y Erradicación de Tuberculosis Bovina, para lo cual dividió al país en dos zonas epidemiológicas: una de control, desde Arica a Biobio, y otra de erradicación, desde la Araucanía hasta Magallanes.
Es precisamente en la macro zona sur del país donde el Estado y el sector privado han concentrado esfuerzos para erradicar la Tuberculosis Bovina (TBB), una enfermedad bacteriana que ataca a los animales y que también se puede transmitir al ser humano (zoonosis). Produce grandes pérdidas en el sector lechero y constituye además restricciones para la exportación de productos derivados.
Al ser, además, una infección crónica que, por lo general, no presenta signología en los animales, los bovinos son diagnosticados periódicamente con la prueba de la “tuberculina”; prueba que oficialmente se utiliza en el programa para detectar la infección en los rebaños del país.
¿Qué sucede cuando en esta zona, donde la prevalencia de la infección es baja, comienza a detectarse que los diagnósticos, a partir de la prueba de la tuberculina, no son del todo certeros? Pudiese ser, a veces, que animales que estén aparentemente sanos resulten “positivos” a la prueba, o que animales realmente infectados o enfermos sean identificados como sanos o con resultados “negativos”.
Es por esto que científicos y académicos de la Universidad Austral de Chile (UACh), en particular de la Facultad de Ciencias Veterinarias, así como del Instituto de Bioquímica y Microbiología de la Facultad de Ciencias, desarrollaron una investigación con objeto de evaluar y comparar el comportamiento de diferentes pruebas diagnósticas para la detección de TBB, financiado a través del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Los Ríos.
TRABAJO DE CAMPO
El doctor Gustavo Monti, académico de la UACh y director del proyecto, explicó que “para validar una investigación, un aspecto importante es que debes trabajar con una muestra significativa que te permita fundamentar y sustentar tus conclusiones y obtener una buena precisión en tus estimaciones”.
Así, para esta investigación se utilizó una muestra de 459 bovinos. “Utilizamos animales provenientes de predios con diversos estatus, es decir, venían de predios declarados libres de TBB, otros con alta prevalencia de la enfermedad, otros con prevalencia más baja y algunos de prevalencia moderada”, explicó Monti.
La población en estudio, sostuvo el académico, fue predominantemente ganado lechero, pero también se incluyó ganado de carne proveniente de granjas comerciales de la región de los Ríos y otro proveniente de Los Lagos.
CONCLUSIONES
En estricto rigor, explica Monti, el estudio demuestra que “al aplicar la prueba de la tuberculina en un bovino, el hecho de que ésta resulte positiva no significa necesariamente en todos los casos que el animal esté reaccionando al agente que produce esta enfermedad (Mycobacterium bovis)”, ya que podría tratarse, por ejemplo, de Mycobacterium avium subsp. paratuberculosis,(MAP), una bacteria ampliamente distribuida en Chile.
“Las bases e informes finales de nuestra investigación explican de manera detallada y científica diversos resultados, pero básicamente confirmamos que la prueba que actualmente se utiliza de manera oficial para detección de TBB tiene un desempeño diferente cuando se aplica en animales coinfectados con MAP que es preciso corregir, y este fenómeno también se observó con otras pruebas, como ELISA o Interferón Gamma”, explicó el investigador.
REFLEXIONES
Respecto de la importancia de que el Estado financie investigación a terceros, sobre todo a la Academia, Monti fue enfático en señalar que es importante que éste guarde un equilibrio entre el financiamiento en desarrollos tecnológicos y aplicados pero también en el desarrollo de investigación más básica.
“Es importante hacer notar que la investigación básica también tiene aplicabilidad y soluciona problemas, la diferencia es sólo que en estos proyectos el tiempo en que se van a aplicar los conocimientos generados son menos precisos. Además, este tipo de proyectos no sólo contribuyen al conocimiento del tema, sino que generan un bagaje de conocimientos que puede ser aplicado a otras temáticas, por lo que la inversión se hace más atractiva aún”, sostuvo.
Asimismo, el profesional, junto con agradecer a los productores y profesionales que permitieron la realización de esta investigación, afirmó que el principal objetivo que tienen en adelante como equipo es poner los resultados de esta investigación a disposición del SAG, por cuanto son –dijo- “un valioso insumo que contribuye sobremanera con el plan de Control y Erradicación de TBB en el país, ya que afina los procesos de diagnóstico y devela algunos de los obstáculos que debe sortear el programa para poder lograr erradicar la enfermedad lo más rápido posible.
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