jueves, 31 de enero de 2013


Los precios comenzaron a recuperarse

Hay una menor oferta de ganados livianos. Todo indica que la oferta de los engordes a corral será muy baja por cuatro o cinco meses más.
Parece repetirse el patrón de comportamiento de los precios de la hacienda del año pasado: 2011 terminó con un novillo a 8,30 pesos, que bajó en la primera quincena de enero de 2012, hasta tocar a mediados de ese mes un piso de 7,50 pesos por kilo.
Entre el 23 y el 28 de enero, las cotizaciones se recuperaron a los 8,30 pesos, valor que se mantuvo hasta mediados de febrero, cuando el novillo trepó a 9,40 pesos por kilo.
En estos días, y a partir de la reducción de la oferta que todos los años se da hacia fines de enero, los precios han comenzado a recuperarse.
 
Se observa claramente una menor oferta de ganados livianos de feedlot , el cual, si bien todavía tiene bastante hacienda encerrada para salir, hace ya más de seis meses que es más lo que vende que lo que repone.
En diciembre habrían entrado a los feedlots sólo 200 mil cabezas, un volumen similar al de igual mes de 2011 y apenas por arriba de diciembre de 2010, en plena crisis de rentabilidad de los corrales.
Con este flujo de entrada, todo indica que la oferta de los engordes a corral será muy baja por cuatro o cinco meses más. También, da la impresión que el gran volumen de ganados livianos suplementados intensivamente que todos los años se ofrecen en el mercado inmediatamente después que sale el pico de oferta del feedlot (octubre-diciembre) ya ha salido en una alta proporción.
Con un mercado de todo tipo de carnes (vacuna, aviar, porcina) sobreabastecido, sólo a partir de la reducción estacional de la oferta de carne vacuna se puede abrigar expectativas de una recuperación de los precios.
En 2012, y para dar una idea de que hasta qué punto la oferta de carne en Argentina está creciendo, debe destacarse que durante el año que acaba de terminar la faena de ganado vacuno creció un seis por ciento, la de pollos un nueve por ciento y la faena de cerdos se incrementó un 12 por ciento.
La oferta de carne de vaca es consecuencia de la recuperación del stock y sobre todo de la recuperación de los nacimientos, que crecen año a año no sólo por el incremento en el número de vientres, sino también por las mejoras en los índices de marcación.
La explosión en la producción de ave y cerdo respondería básicamente a los estímulos que dio el Gobierno a este tipo de producción, que han ido desde el control político del precio del maíz, hasta la entrega de miles de millones de pesos en subsidios y de créditos a tasa preferencial.
Tanto vacuno como ave, ven que su producción adicional sólo puede ser vendida en el mercado doméstico a precios cada vez más bajos–en el caso del pollo por debajo de los costos– y que cuando intentan descongestionar el mercado doméstico exportando, la operación se hace muy dificultosa, porque los alcanza a estos el mismo problema que muchos otros sectores: el fuerte atraso cambiario.
Para los precios de la carne vacuna, ahora viene un respiro estacional, que puede durar hasta mayo-junio si se repiten los patrones del año pasado, pero la tendencia de fondo sigue siendo la misma: mercado sobreofertado, demanda que da señales de debilidad, exportaciones reducidas al mínimo en 100 años, precios erosionados por una inflación que tiende al 25-28 por ciento anual.

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