Si las aves contaminadas por Campylobacter no se preparan y cocinan adecuadamente, el microorganismo puede transmitirse al ser humano.
Existe la posibilidad de desarrollar una vacuna para evitar que los pollos sean portadores de Campylobacter. Este planteamiento
podría acortar drásticamente el número de casos de contaminación de los alimentos, ahorrando millones cada año a la economía del Reino Unido, declaró un científico americano al presentar su trabajo en la Conferencia de Primavera de la Society for General Microbiology, en Dublín.
podría acortar drásticamente el número de casos de contaminación de los alimentos, ahorrando millones cada año a la economía del Reino Unido, declaró un científico americano al presentar su trabajo en la Conferencia de Primavera de la Society for General Microbiology, en Dublín.
Las enfermedades transportadas por los alimentos cuestan aproximadamente 2 mil millones de libras cada año al Reino Unido.
El Campylobacter es el causante principal de estas enfermedades y es la responsable de alrededor del 30% de los casos que se dan
en el Reino Unido. El Campylobacter jejuni fue el responsable de más de 371.000 casos estimados en Inglaterra y Gales en el 2009,
con el resultado de más de 17.500 hospitalizaciones y 88 muertes.
El Campylobacter es el causante principal de estas enfermedades y es la responsable de alrededor del 30% de los casos que se dan
en el Reino Unido. El Campylobacter jejuni fue el responsable de más de 371.000 casos estimados en Inglaterra y Gales en el 2009,
con el resultado de más de 17.500 hospitalizaciones y 88 muertes.
El Campylobacter jejuni se encuentra en el intestino de muchos animales, incluyendo los pollos. Si las aves contaminadas por Campylobacter no se preparan y cocinan adecuadamente, el microorganismo puede transmitirse al ser humano y causarles graves trastornos gastrointestinales.
Científicos de la Universidad del Estado de Washington están estudiando los anticuerpos maternos que se transmiten de las gallinas a sus pollitos. Estos anticuerpos protegen a los pollitos de ser colonizados por la bacteria Campylobacter en la primera semana de vida”, explicó el Profesor Michael Konkel, que es quien dirige la investigación.
“Nuestro grupo ha identificado ahora las moléculas bacterianas que son atacados por estos anticuerpos, lo cual nos da un punto de partida para conseguir la vacuna contra la Campylobacter”. declaró. “Hemos descubierto ya que los pollos inyectados con estas moléculas específicas, -localizadas en la cubierta del Campylobacter jejuni producen anticuerpos contra la bacteria. Esta respuesta les protege parcialmente de la colonización.
Una vacuna puede ser un arma poderosa para ayudar al control de las enfermedades procedentes de los alimentos. “El prevenir la contaminación de las aves en el matadero no ha resultado efectivo para reducir la enfermedad en el ser humano. Se ha demostrado que alrededor del 65% de las aves que se venden al por menor en el Reino Unido están contaminadas con Campylobacter”, explicó el Profesor Konkel.
“Idealmente, la mejor manera de evitar la contaminación es evitar que los pollos en la granja sean colonizados con este microorganismo en primer lugar, lo cual podría conseguirse mediante la vacunación.
Nuestro objetivo dentro de los próximos seis meses es experimentar una vacuna para pollos que reduzca los niveles de contaminación por Campylobacter. Hay todavía un largo camino por recorrer pero tengo confianza porque en nuestro laboratorio y en otros se esta trabajando en la dirección correcta”.
El control de las enfermedades transportadas por los alimentos tendría un importante impacto tanto en el Reino Unido como en todo el mundo. “El suministro de alimentos sanos es fundamental para la salud humana. Si podemos disminuir la carga de patógenos humanos en los animales para el consumo, podremos reducir las enfermedades en la especie humana. Una reducción del 1% en el número de casos de enfermedades producidas por los alimentos ahorraría al Reino Unido alrededor de 20 millones de libras por año. En los países en vías de desarrollo, en los que las personas y los animales para el consumo comparten a menudo el mismo espacio, los animales enfermos también representan un peligro directo para la salud pública y la vacunación también ayudaría a mitigar este peligro,” afirma el Dr. Konkel.
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