Argentina estudia exigir que los negocios de futuros agrícolas en el país se realicen en moneda local, en una medida que según los operadores paralizaría ese mercado en uno de los mayores exportadores mundiales de alimentos. Actualmente, los contratos “forward” cotizan en dólares con arreglo a los precios de la plaza de Chicago, por lo [...]
Argentina estudia exigir que los negocios de futuros agrícolas en el país se realicen en moneda local, en una medida que según los operadores paralizaría ese mercado en uno de los mayores exportadores mundiales de alimentos.
Actualmente, los contratos “forward” cotizan en dólares con arreglo a los precios de la plaza de Chicago, por lo que funcionan como una cobertura para el productor, cuyos gastos son en gran parte en moneda estadounidense, ante la galopante inflación que corroe el poder adquisitivo de la moneda local.
Por eso, operadores creen que una eventual pesificación de las operaciones haría prácticamente imposible fijar un precio a futuro en Argentina, donde gran parte de la economía está dolarizada.
“Con esta idea de ir desdolarizando y generando condiciones para la desdolarización de la economía (…) estamos evaluando cómo funciona en Argentina un mercado que básicamente se compensa en pesos”, dijo Mercedes Marcó del Pont, presidenta del Banco Central argentino, a la estación de radio Continental.
En Argentina, la operaciones de granos a futuro se liquidan en pesos desde hace años. Pero como los negocios se cierran varios meses antes de la entrega de la mercadería, la cotización del futuro en dólares actúa como un seguro para los agricultores.
“El productor en pesos no va a vender (a futuro). Si tuviera su deuda en pesos, no habría problema, pero la mayoría de las deudas de los productores son en dólares porque muchos costos son en dólares”, dijo un operador con base en Rosario, bajo condición de anonimato.
En los últimos meses, el Gobierno implementó una serie de medidas para frenar una fuga de capitales que erosionó las reservas del Banco Central con las que financia los pagos de deuda y el gasto público.
En lo que definió como una campaña para “pesificar” la economía argentina, la presidenta Cristina Fernández prohibió la compra de dólares, enfureciendo a los ahorristas argentinos que por décadas recurrieron al billete verde para protegerse de la volatilidad de la economía local.
“Pido a los funcionarios que antes de tomar ninguna medida, tengan la voluntad de diálogo con los mercados y los sectores, para que en forma conjunta podamos definir cualquier medida que resultase necesaria tomar, pero que ésta no dañe al mercado y a la cadena productiva”, afirmó Javier Bujan, presidente de la Cámara Arbitral de Cereales de Buenos Aires.
En el Mercado a Término de Buenos Aires (MATBA), que es la principal plaza de futuros agrícolas en Argentina, se realizaban escasas operaciones el viernes por la incertidumbre sobre el futuro de los futuros en dólares. En el 2011, el mercado negoció un récord de 20,5 millones de toneladas de granos.
“La semana que viene va a haber una reunión entre Marcó del Pont y los mercados a término para buscar una solución intermedia que les convenga a los dos”, dijo el operador con base en Rosario.
Las autoridades de la Bolsa de Comercio de Rosario se quejan desde hace años de las regulaciones oficiales en los mercados agrícolas, que según ellos afectan la transparencia en la mayor plaza de granos del país.
Los productores agropecuarios de Argentina están enfrentados desde hace años con la centro-izquierdista Fernández por sus políticas intervencionistas para el sector, que incluyen límites a las exportaciones de cereales para garantizar el abastecimiento doméstico.
En el Rofex, el mercado de futuros y opciones de Rosario, prefirieron no realizar declaraciones hasta recibir una comunicación oficial sobre la eventual decisión.
El país austral es el mayor proveedor internacional de aceite y harina de soja, el tercero del poroto de la oleaginosa y el segundo de maíz.
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