La sequía en Estados Unidos ha sido capaz de acaparar la máxima atención del mercado, desplazando otros elementos de juicio que los granos vienen soslayando, como la fortaleza relativa del dólar en relación con otras monedas y el contexto financiero europeo.
La situación climática de este país, que enfrenta el peor evento de sequía de los últimos 25 años, y que ya amenaza con superar la de 1988 en magnitud, ha generado recortes muy marcados en la productividad, que serán analizados en el informe mensual del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), el próximo 10 de agosto.
La reciente seguidilla de récords históricos en las cotizaciones de los granos acapara permanentemente la atención de los medios internacionales que, en algunos casos, advierten sobre la posibilidad que este marcado ascenso de las cotizaciones concluya con otra crisis alimentaria, similar a la acontecida en 2008. En aquella oportunidad, el boom de los commodities generó preocupación por el aumento de las principales materias primas básicas; en ésta, el incremento obedece exclusivamente a los granos, con su correlato en el mercado global de alimentos.
En ese sentido, comenzaron a escucharse objetivos de precios por parte de varios consultores, algunos realmente sorprendentes y sin mucho sustento, como cuando se comentaban algunos objetivos del petróleo en torno a los u$s 200 por barril hacia 2008.
Lo cierto es que, en estos niveles de precios, ya hay algunas señales concretas de racionamiento en la demanda. Ya se anticipa esta circunstancia en el último reporte del USDA en lo relacionado al uso de maíz como forraje, con un recorte del 12 por ciento. También cayeron las exportaciones y la molienda interna de etanol.
En este último rubro, el recorte puede ser aún más considerable, teniendo en cuenta que Estados Unidos utiliza prácticamente la tercera parte de su producción para la elaboración de este biocombustible, del que luego se puede obtener un subproducto de utilización forrajera. Los volúmenes de elaboración actuales se ubican entre los más bajos desde 2009, con algunos cierres de refinerías en Indiana y Nebraska, ante márgenes negativos de esta actividad relacionados con los altos precios actuales del maíz.
También el último informe de commodities del Deutsche Bank sugiere que, a pesar de poder registrarse precios superiores a los actuales, como consecuencia de la sequía norteamericana, se generarán inconvenientes por el lado de la demanda, particularmente en el segmento de alimentación animal.
El maíz se encuentra atravesando el tramo final de la crítica etapa de polinización, en la cual se definen los rendimientos, bajo condiciones climáticas extremas. Esta circunstancia no escapa a la atención de los traders que anticipan un fuerte recorte en la producción inicialmente proyectada.
La soja comenzará a ser ahora el principal foco de atención del mercado. Faltan pocos días para que comience agosto, en el que se lleva a cabo la actividad de llenado de granos en la mayoría de estos cultivos.
En su informe semanal sobre el estado de los cultivos en Estados Unidos, el USDA informaba que el maíz en situación «buena a excelente» apenas alcanza al 26 por ciento, en comparación con el 31 por ciento de la semana anterior y el 62 por ciento del año 2011 a esta altura.
Ya se encuentran polinizado el 86 por ciento de los cultivos, en relación con el 71 por ciento de la semana anterior y el 59 por ciento del promedio de los últimos cinco años.
También el USDA consignó recientemente en un informe especial las consecuencias de la sequía norteamericana, señalando que, como consecuencia del daño provocado en estados productores claves como Iowa, los precios del maíz han experimentado marcadas subas y que mejoras adicionales en las cotizaciones dependerán de la extensión de este evento climático.
Esto ha gravitado también en el cultivo de soja y en otros productos directamente relacionados con la alimentación humana y animal.
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