Mientras aumenta el consumo de carnes rojas se estabiliza el de carnes blancas
Los
primeros tres meses de 2012 están reflejando un consumo mayor de carne
vacuna per cápita, de aproximadamente 57 kilos que, si bien no nos
permite asegurar que se trasformará en una verdadera tendencia, sí
podemos decir que el piso de consumo ya se tocó durante 2011, cuando se
consumía entre 52/53 kilos per cápita en meses puntuales.
Un
incremento del 10% en el consumo de carne roja en la dieta de los
argentinos puede tener distintos componentes, por ejemplo un aumento del
ingreso de la población, una baja del precio de la carne en el
mostrador, un aumento del precio de los sustitutos, seguramente nunca la
causa es una sola, pero si podemos ver cuál es la que más influyó en
esta suba.
En
lo que respecta a la suba de los ingresos de la población, en el primer
trimestre de este año se registró un impacto en los ingresos por el
aumento de las tarifas de gas y luz, como así también el incremento de
las cargas impositivas y de tasas en provincias y municipios, como los
gastos de obras sociales o educativos por lo cual difícilmente el
consumidor sienta que hoy tiene más dinero para consumir. Por el
contrario, está en plena ebullición las paritarias de todos los sectores
mostrando la puja por tratar de no perder ingresos.
El
segundo factor, que podría ser la mayor oferta que hubo durante el
primer trimestre. Esto se dio por dos componentes: por un lado, durante
los meses de enero y febrero la importante sequía adelantó tropas
terminadas para alivianar pasturas y, por el otro, durante marzo comenzó
a funcionar lo que se llama el “efecto alcancía” de la ganadería.
Cuando comenzaron a bajar los rindes de la agricultura, sobre todo en
maíz y soja, volvió a aparecer la ganadería siempre a mano para resolver
los problemas financieros coyunturales de los productores. Esto trajo
nuevos volúmenes a Liniers y permitió el incremento consecuente de la
faena y kilos de carnes producidos. Pero esta no parece ser tampoco la
razón de un aumento inmediato del consumo.
Pero,
un análisis particular debemos realizar sobre los sustitutos de la
carne roja, especialmente la carne aviar que ha logrado en Argentina un
desarrollo destacable.
Tal vez en
una modificación circunstancial de esta tendencia esté la razón más
importante del aumento actual del consumo de carnes rojas.
Como
ya hemos destacado en nuestro newsletter, mientras décadas atrás caía
la demanda de la carne vacuna en el país, el pollo realizó un raid
impensado, ubicándose sobre fines de 2011 en 40 kilos per cápita por
año. También ayudó a este sector el proceso de compensaciones que se le
otorgó a esta industria. Ambos datos lograron consolidar un sector
altamente competitivo internacionalmente. Sin embargo, el final de las
compensaciones a la industria sobre diciembre de 2011 marcó el inicio de
una recuperación de precios al consumidor, así se pudo ver como durante
los dos primeros meses de 2012 el consumo de carne aviar dejo de crecer
y se ubicó en promedio en 38 kilos per cápita. Si bien esto no marca
tendencia permite comenzar a pensar que el pleno impacto de sustitución
de carne roja por carne blanca estaría más amesetado.
Un
incremento de precios del pollo al consumidor de aproximadamente el 40 %
en el último semestre, pone nuevamente en carrera la tradicional
comparación sobre cuál de las carnes es más rendidora al momento de
cocinarla, volviendo a convertir a la carne roja en la histórica
referencia*.
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