El mercado ovino vive un momento sin precedentes. Los precios de todas las categorías se ajustan semana a semana, impulsados por una industria exportadora que parece no tener freno en la concreción de nuevos negocios.
En la base hay factores estructurales que confirman las posibilidades de un rubro que enfrenta desafíos importantes, si quiere capitalizar la buena oportunidad de negocios que tiene en los próximos años.
Base estructural
Las perspectivas para el comercio internacional de carne ovina son auspiciosas en el mediano plazo. La oferta exportable, liderada ampliamente por Nueva Zelanda y Australia, no se recuperará inmediatamente, aunque los buenos precios alientan a los ganaderos ovinos de Oceanía a recomponer sus stocks.
En Australia, el ABARE (Australian Bureau of Statistics) estima que el stock lanar se mantendrá en un piso de 68 millones de cabezas este año, para luego comenzar una lenta recuperación, hasta alcanzar 72 millones de cabezas en 2015.
En Nueva Zelanda, el MAF (Ministry of Agriculture and Forestry) proyecta algo similar para los próximos cinco años, luego de llegar a un mínimo de 33 millones de cabezas en este ejercicio.
Cerca de 90% del mercado mundial de carne ovina se concentra en estos dos países, por lo que cualquier variación en los volúmenes producidos puede afectar al mercado de manera importante.
Para dar un ejemplo, debido a los buenos precios del cordero y la mejora en las condiciones climáticas, Nueva Zelanda estima exportar un millón de corderos más este año (pasa de 22,5 a 23,5 millones), lo que equivale a toda la producción de nuestro país.
Del mismo modo, la reducción en los volúmenes exportables de Australia en las categorías adultas (comienza a recomponer stocks y reduce la faena de ovejas), significa un faltante de 2 a 3 millones de adultos en el mercado por los próximos tres o cuatro años, con relación a lo que ha sido la oferta disponible en los últimos años.
Respecto al otro componente del mercado mundial “la demanda”, se mantiene firme y se prevé que continúe en esta línea. La Unión Europea (UE), uno de los destinos más importantes, registra una lenta pero continua caída de su stock ovino, lo que genera mayores necesidades de importación ante un consumo que se conserva estable.
Pero la mejor muestra de un escenario favorable para el mercado de carne ovina es la llegada de dos empresas neozelandesas de primera línea a nuestro país (Silver Fern Farms y Alliance Group), en procura de abastecerse de corderos y/o insertarse en los sistemas productivos para aumentar su disponibilidad de producto.
Situación actual
En este marco mundial de demanda firme y precios al alza, Uruguay se encuentra ante una situación particular. Rompiendo con el predominio histórico de Brasil y la UE como destinos excluyentes del producto uruguayo, las exportaciones de carne ovina tienen ahora como principal cliente al Medio Oriente.
Esta región representa 40% de lo exportado “en dólares” en lo que va del año, siendo sus mayores exponentes Arabia Saudita (18%) y Emiratos Árabes (9%).
El Ing. Agr. Juan Lema, responsable del área comercial de Tacuarembó/Marfrig Group, destacó a El País Agropecuario que apenas un año atrás no existía la demanda de carne ovina de tantos mercados, como ocurre hoy. Además de los tradicionales destinos de Brasil y la UE, Lema resaltó que no solo los países árabes están activos, sino también Rusia y China, que demandan carne ovina a buen nivel.
Esta demanda internacional coincide con una época en que no hay oferta de corderos en nuestro país y los vientres están en plena encarnerada o próximos a las esquilas, por lo que indudablemente hay un efecto limitante en la oferta.
Respecto a los países árabes, Lema mencionó que son consumidores estructurales del producto, lo que se profundiza en el mes del Ramadán, que este año comienza a principios de agosto.
En este sentido, subrayó que fue uno de los mercados más desatendidos por Oceanía, ya que ante la menor producción reorientó sus ventas a clientes de mayor valor (UE y EEUU, principalmente) y/o con relaciones cambiarias más favorables.
Recordemos que la apreciación del dólar australiano y del neozelandés en este último año llega a 50%, lo que ha reducido la competitividad del producto en muchos destinos.
Precios, oportunidades y amenazas
Los precios actuales para el cordero pesado casi duplican los de un año atrás y sobrepasan claramente los máximos de 2008.
Rompiendo con la zafralidad característica de nuestro país, la aparición de buenos negocios y la actual falta de oferta desataron el escenario vigente. Es un cambio trascendental para el negocio de carne ovina en nuestro país, que en definitiva estaba acotado al cumplimiento del cupo europeo en el segundo semestre y algo más que aportaba Brasil.
Pero un aspecto que llama la atención es la actual relación de precios entre las categorías adultas y los corderos. Prácticamente no hay diferencias entre un capón y una oveja, con el precio del cordero (5% a 10% como mucho). No es la relación histórica de nuestro país y tampoco la de mercados desarrollados, como Nueva Zelanda y Australia, donde los corderos valen, al menos, 50% más que los adultos.
Desde hace tiempo sabemos que son mercados diferentes, el lamb (cordero), destinado a mercados de alto valor y con precios superiores a los de la carne vacuna, mientras que el mutton (categorías adultas), destinado a mercados de consumo tradicional ovino a nivel popular.
El hueco que ha dejado Australia en el Medio Oriente está presionando fuertemente el precio de los adultos en el mercado local, apalancado además por relaciones cambiarias más favorables, en dólares, para nuestro producto.
Por otra parte, las limitaciones comerciales para el cordero uruguayo se mantienen inalteradas. Esta explosión en los precios de los ovinos ha ocurrido mientras seguimos sin tener acceso, con hueso, a EEUU, México, Canadá y Unión Europea. El precio del cordero puede ser aún mayor en un futuro no muy lejano, lo que reubicaría la relación con los adultos en términos más normales.
Pero más allá de los precios está la estrategia productiva. Como fue mencionado, las proyecciones para Australia indican que la exportación de corderos se mantendrá estable en los próximos años, mientras que para Nueva Zelanda se prevé un aumento para este año. En cambio, la oferta de adultos para exportación se reducirá de manera importante en los próximos años, básicamente por la retención de vientres en Australia. Este escenario puede generar coyunturas similares a la presente, con la tentación de vender ovejas en nuestro país a precios nunca vistos.
Es imprescindible avanzar en la comercialización y producción de corderos de la mano del acceso a nuevos mercados, de manera que se aliente la retención de vientres y su productividad, hasta ahora subexplotada por el enfoque lanero de la producción local
Fuente: EL PAÍS - Montevideo
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