En el oeste, el girasol expande fronteras
Las jornadas TEG de Syngenta tuvieron su segunda parada en General Pico. El Dr. Martín Díaz Zorita expone las recomendaciones que surgieron del encuentro y resalta la necesidad de elegir correctamente el híbrido para cada ambiente.
Tras el encuentro realizado en Balcarce, las jornadas de Tecnología de Excelencia en Girasol (TEG) organizadas por Syngenta, tuvieron su segunda parada el martes 21 en General Pico, al norte de la provincia de La Pampa. En esta jornada, que fue exclusiva para Técnicos, más de noventa profesionales de la región tomaron contacto con las últimas tecnologías para lograr los mayores rendimientos.
Para la zona uno de los principales temas es el manejo de agua. Sin embargo, motorizados por la mejora de los precios, los productores se inclinaron a último momento por el cultivo de girasol y generaron un importante incremento de zona sembrada respecto de la última campaña. La combinación de factores ambientales, en interacción con el manejo del barbecho, malezas y antecesores, hacen prever para esta campaña una expansión del cultivo, aunque con expectativas de rendimiento moderados.
Analizando el suelo
A lo largo de la jornada los participantes fueron visitando cinco unidades demostrativas, en las cuales se abordaron temas como el tratamiento de semillas, la nutrición, el control de malezas, el control de enfermedades y el manejo agronómico por ambientes. Así, pudieron apreciar en estado vegetativo o inicios del reproductivo la evolución de los distintos estudios que se están realizando dentro de las TEG.
“Creo que lo más importante fue ver los efectos de las decisiones de manejo de sitio e interpretar en qué medida el tipo de suelo en interacción con el paisaje afecta la oferta de agua. Vimos, por ejemplo, que en suelos de textura más arenosa había una disponibilidad de agua cercana a 60 o 70 mm menos que en suelos de textura levemente más fina, y recalco el concepto de levemente porque se trataba de un desnivel no mayor a un metro, una diferencia de no más de diez unidades de arena; es decir que si bien son situaciones en promedio semejantes, en lo que hace al recurso agua mostraba una brecha que justificaría no menos de 400 o 500 kilos de resultado productivo”, comenta Díaz Zorita.
Este fue uno de los temas sobre el que más preguntaron los asesores presentes, ya que en el Oeste se incorporó el ambiente a partir de la división loma-bajo y la heterogeneidad de los lotes muchas veces hace difícil distinguir, al momento de la siembra, las particularidades del suelo, aunque sí se ven notoriamente las diferencias al momento de cosechar. “Estuvimos viendo la importancia de un buen desarrollo de raíces en profundidad, un buen anclaje y una adecuada distribución de plantas; saber leer que el indicador de ambientes interactúa con la decisión de manejo, con las fechas de siembra y con el antecesor. Es decir: puede haber ambientes edáficamente favorables, que pueden ser manejados de forma ineficiente por barbechos cortos, como antecesores ganaderos, que generan que el beneficio de tener un suelo de alto potencial se pierda por falta de agua inicial”, explicó.
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