El nuevo tratado elimina más del 98% de aranceles entre ambas partes, lo que significaría un ahorro de 500 millones de euros.
Luego de siete años de negociaciones, la Unión Europea (UE) y Canadá firmaron ayer el Acuerdo Integral de Economía y Comercio (CETA) durante una cumbre en Bruselas (Bélgica).
El primer ministro canadiense Justin Trudeau; el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el presidente del ejecutivo europeo, Jean-Claude Juncker, firmaron el documento que crea “un espacio de libre comercio trasatlántico de 550 millones de habitantes”.
En las últimas semanas, la firma del CETA era una incertidumbre debido a la negativa de algunas regiones belgas, que reclamaban más garantías. Finalmente, Bélgica dio su aprobación.
El nuevo acuerdo comercial plantea la eliminación de más del 98% de aranceles que rigen para los exportadores de ambas partes, los cuales ahora podrán ahorrar unos 500 millones de euros.
Se espera que el CETA facilite la exportación e inversión de la UE para hacer negocios en Canadá, genere más puestos de trabajo, facilite los desplazamientos temporales de ejecutivos de empresas y proveedores de servicios, contribuya a acabar con las reproducciones ilegales de innovaciones y promueva el acceso de empresas europeas al mercado canadiense en sectores clave como servicios financieros, telecomunicaciones, energía y transporte marítimo.
Tras la firma del tratado y su ratificación por parte de los Parlamentos europeo y canadiense, este acuerdo comercial entrará en vigor provisionalmente y de forma parcial, a la espera de un complejo proceso de ratificación por los 28 países, que puede llevar años.
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