Un tiesto es el utensilio para tostar el grano de amaranto en forma artesanal. Ese recipiente debe guardar un grado específico del calor, mientras el producto, un grado de humedad. “Eso permite que (la semilla) se reviente”, comenta Priscila Mejía, quien junto a cuatro socias, forma parte del emprendimiento Amores Secos.
Las emprendedoras comercializan sus productos derivados del grano de amaranto en ferias, bajo el argumento de que en esos espacios hay oportunidad de exponer las cualidades como su elaboración a mano y de forma tradicional. “…Más que el nombre, más que el precio (se) valora la salud”, agrega Mejía.
Ella resalta las propiedades de esta semilla. “Tiene todas las vitaminas de la A a la Z, tiene prácticamente todos los minerales que el cuerpo necesita, tiene 9 de los 11 aminoácidos esenciales, entre ellos la serotonina, que es el aminoácido de la felicidad, complejo B, que va a proteger el hígado, elevar defensas, rechazar grasas saturadas”, explica.
Los productos son envasados en frascos de vidrio porque así conservan sus propiedades.
Sobre la inversión en el negocio, Mejía estima que oscila entre $ 3.000 y $ 4.000 en materia prima y utensilios “que se rompen muy a menudo”.
Considera que en el tiempo que se encuentran en el mercado (un año) han conseguido rentabilidad y ganancias, aunque ha sido un periodo básicamente dedicado a abrir campo y evaluar la reacción del público en las ferias donde han comercializado su producto.
Acerca de la obtención de la semilla, relata que la compran a pequeños agricultores.
Además del grano tostado, que se lo puede consumir como un complemento de las ensaladas, sopas y yogur, este negocio elabora granolas, galletas, mermeladas y chocolate como productos de valor agregado.
El precio del envase de grano de amaranto y granola de 500 centímetros cúbicos es de $ 5, el de 1.000 cc3 vale $ 10.
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