Culminando
la primera jornada del Simposio Fertilidad 2015 se llevó adelante el Panel “Nuestro
recurso suelo – 2015 Año Internacional de los suelos”, moderado por el Dr. Diego
Cosentino, de la Facultad de Agronomía de la UBA. En ese marco y previo a los
oradores específicos, Cosentino destacó la difusión que la FAO le está dando al
buen manejo del recurso suelo “no sólo
como herramienta para mitigar el impacto del cambio climático en la producción,
sino también como variable imprescindible en el marco de la seguridad
alimentaria”.
La compactación de los suelos
Frente
a un tema sobre el cual se escuchan distintas opiniones en nuestro país, fue la
Dra. Carina R. Álvarez (de la Facultad de Agronomía de la UBA) quien compartió su
visión no sólo respecto de la calidad física de los suelos, sino también en relación
a la compactación los mismos.
“Los
suelos bajo producción agrícola y/o ganadera están expuestos a la aplicación de
fuerzas de estrés debido al tránsito de maquinaria y/o de animales”, explicó
Álvarez. Y agregó: “En siembra directa,
se observa un leve aumento de la densidad aparente y un importante aumento de
la resistencia a la penetración”. Más allá de esto, la experta dejó en
claro que existen distintas estrategias para manejar la compactación en suelos
agrícolas, basadas en su prevención o bien, en su remediación. Entre ellas: el
tránsito controlado, aplicar menor presión de neumáticos, el momento del
tránsito, la descompactación, el aumento del contenido de materia orgánica y
actividad de raíces, entre otras.
“Analizando
los márgenes brutos de distintas estrategias de mitigación y corrección de la
compactación, se han evidenciado variaciones positivas y mayores de las prácticas
de prevención. Queda claro, una vez más, que prevenir es mejor que curar”,
concluyó Álvarez.
Evolución y manejo de la materia orgánica
Posteriormente
llegó el turno de Gervasio Piñeiro, de la Facultad de Agronomía de la UBA,
Universidad de Buenos Aires e investigador del CONICET.
A
lo largo de su exposición, el disertante compartió una visión de largo plazo,
planteando alternativas para mejorar la producción desde la generación de la
materia orgánica que realmente necesitan los suelos.
“Tradicionalmente, el deterioro en la materia orgánica disponible fue
remediado mediante el agregado de fertilizantes, utilizando un enfoque a escala
de cultivo, sin embargo proponemos un cambio de enfoque: ¿cuánta materia orgánica
del suelo es necesaria para alimentar al cultivo propuesto y su nivel de
rendimiento?”, preguntó
a los asistentes.
En definitiva, Piñeiro planteó un cambio de
paradigma que apunta a estrategias de manejo de largo plazo orientadas a nutrir
el suelo y alcanzar los niveles de materia orgánica deseados, en vez de nutrir solamente
al cultivo. “La energía capturada podrá ser
empleada en funciones vitales del ecosistema y de allí la vital importancia de
pensar y aprovechar las bondades de generar servicios desde el ecosistema,
básicamente orientados a proveernos de nitrógeno o fósforo, por ejemplo, de
manera natural”.
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