Mientras en Tecnópolis se anuncia pomposamente que en Misiones ya se elaboran y distribuyen en las escuelas los yogures probióticos creados por técnicos del CONICET, la realidad es que el proyecto está paralizado desde hace cuatro años porque nunca se realizó la transferencia de conocimientos y el fermento necesario.
El gobernador Maurice Closs inauguró hace más de un año la planta en la Cooperativa Alto Uruguay Limitada (CAUL) y en un principio se proyectaba elaborar 10.000 raciones para distribuir en escuelas públicas, pero todo quedó en promesa. Mientras, en Tecnópolis, el Gobierno Nacional anuncia en un stand que el “Yogurito” ya se elabora y distribuye en Tucumán, Misiones, Santiago del Estero, Entre Ríos y San Juan.
El producto es elaborado con una bacteria láctica que fue aislada por científicos del CONICET que trabajan en el Centro de Referencia de Lactobacilos (Cerela), en Tucumán. El yogur probiótico aumenta las defensas de los chicos, disminuye las parasitosis e infecciones.
El gobierno de Misiones aportó el equipamiento para elaborar el “yogurito”, mientras que la Cooperativa capacitó al personal e invirtió otros 300 mil pesos para completar las instalaciones que desde hace más de un año están listas para producir. Sin embargo, los técnicos de Cerela nunca desembarcaron en la provincia ni enviaron el fermento necesario.
El proyecto había sido anunciado por Misiones a fines de 2010. Se había asegurado que para marzo de 2011 ya se estaría proveyendo el yogur a las escuelas. Sin embargo, distintos inconvenientes demoraron la inauguración de la planta hasta principios del año pasado.
Después de aguardar más de un año la transferencia del conocimiento y el fermento, la Cooperativa optó por lanzar su propia línea de yogures tradicionales, a fin de abastecer al mercado local, donde sus productos tienen una muy buena aceptación.
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