La última innovación en semillas de soja de la empresa Monsanto promete mejoras en los rendimientos y en lo que se llama el ?manejo? del cultivo.
Lanzada al mercado mundial hace algunos años, los problemas por el no pago de patentes que la mayor semillera del mundo tuvo en la Argentina en el pasado hicieron que esa tecnología llegara al país de manera comercial el año pasado.
Para cubrirse de que los productores no utilicen semillas reproducidas por ellos mismos en el futuro sin pagar por esa tecnología, Monsanto firmó con grandes productores cartas acuerdo, como les llamó, en la que se comprometen a honrar ese canon.
Sin embargo, ese contrato, resistido por entidades de productores cuando fue propuesto, sigue alzando controversia y desconfianza.
En un comunicado, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) una de las cuatro entidades que conforman la mesa de enlace, indicó que ?advierte a los productores agropecuarios que antes de firmar acuerdos o contratos por Soja Intacta RR2, se asesoren?, ya que estos documentos, dice la entidad, ?aseguran derechos a los propietarios de las patentes, pero sólo generan compromisos y obligaciones de los productores que podrían en el futuro afectar derechos que existen en la legislación actual sobre semilla?. Esa ley protege el derecho a realizar el llamado uso propio gratuito de la semilla producida por el productor.
El vicepresidente de Monsanto Latinoamerica Sur, Pablo Vaquero, aseguró que los acuerdos ?no afectan los derechos sobre la legislación en Semillas porque tienen que ver con la Ley de Patentes?. A diferencia de su primer lanzamiento, la soja RR1, Monsanto obtuvo patentes en el país por por la RR2, justamente, para no repetir errores.
Vaquero explicó que la empresa ?trató por dos años con los productores cara a cara y firmamos cartas acuerdo con agricultores que representan el 80% de las hectáreas sembradas de la Argentina? y agregó que esa modalidad ?fue producto de no poder llegar a un acuerdo con las entidades (de la mesa de enlace) porque ellas mismas no se pusieron de acuerdo. Por eso tuvimos que ir a las bases?, agregó.
CRA, por su parte, advirtió a los productores que ?los propietarios de las patentes han impuesto de forma unilateral el valor de la tecnología, los mecanismos de cobro y el análisis de la mercadería entregada? y agregó que ?el valor que se pretende cobrar por dicha tecnología está, hoy, entre 10 y 18 dólares por tonelada?.
Vaquero recordó que las entidades rurales coincidieron con la empresa, en 2009, en que era necesario pagar por la tecnología y en que había que tener una fiscalización eficiente. En paralelo, aseguró que hay innovaciones en las semillas de soja RR1 que mantienen las condiciones comerciales del primer lanzamiento, siendo competitivas. Es decir que ?la RR2 no es la única alternativa. Es opción del productor?. Este año, se venderán cuatro marcas de semillas con la tecnología RR2: las de las firmas Don Mario, Nidera, la de ACA y la propia de Monsanto, Asgrow
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