martes, 3 de junio de 2014

Castrar un caballo en el campo no supone un incremento apreciable del peligro de infección


Además tiene muchas ventajas respecto a llevar a cabo la intervención en un quirófano
Las castraciones son operaciones habituales en los caballos y llevarlas a cabo en el campo no supone un incremento apreciable del riesgo de infección si la piel que rodea la herida quirúrgica se desinfecta adecuadamente. Por otra parte, aporta ventajas como que no hace falta transportar al animal y que éste permanece en un entorno conocido, lo que reduce su estrés.

Un artículo recientemente publicado Equinews.com señala las ventajas de llevar a cabo castraciones quirúrgicas en équidos en campo. La intervención se realiza habitualmente de esta forma, en el campo, lo cual hace innecesario el traslado del animal. Además, el despertar tras la operación es en un lugar familiar para el caballo, lo cual reduce el nivel de estrés que inevitablemente produce la castración.

La clave para que no haya problemas es una adecuada desinfección del campo quirúrgico, lo cual hace que la frecuencia de infecciones posteriores sea muy baja. Por otra parte, si la intervención se lleva a cabo con el caballo en pie, también se evita que la herida quirúrgica entre en contacto con materiales que puedan producir infecciones posteriormente. Esta forma de intervenir al animal es más incómoda para el veterinario pero tiene, además de la limpieza, otras ventajas como que los testículos se extraen muy fácilmente del escroto, la herida drena de forma natural y que el paciente se recobra más rápidamente de la sedación anestésica, que es más suave que cuando se opera con el caballo tumbado.

Durante los días siguientes a la castración se suele apreciar inflamación, drenaje de líquidos y rigidez en la zona de la intervención. Para acelerar la recuperación el caballo debe hacer ejercicio suave, conducido manualmente por un cuidador que además de pasearlo tiene que hacer que el animal haga giros sobre sí mismo. También es beneficioso para mejorar el periodo de recuperación el lavado de la zona quirúrgica con agua fría, para limpiarla y aliviar el dolor y la inflamación.

Es importante tener en cuenta que la castración hay que hacerla en una época fresca-fría del año, para que no haya insectos que puedan irritar la incisión.

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