Reconociendo de manera precoz la colonización de roedores

El Ing. Marcelo Hoyos, especialista en Higiene Ambiental de BASF, habla sobre el proceso de colonización de los roedores en agroindustria y cómo prevenirlos. Además, explica cuál es el uso correcto de bloques rodenticidas en estaciones de cebado.

En BASF se consideramos que los roedores ya están colonizando lugares, pero es interesante analizar qué ocurre en aquellos sitios donde todavía no se produjo una colonización visible.

En la bibliografía muchos autores mencionan estos procesos que obviamente son solo indicadores teóricos de su actividad real.

De acuerdo a nuestra experiencia hay dos vías que podemos destacar donde los roedores inician su establecimiento en un área determinada. Estas vías pueden ser de dos tipos:

1. Pasiva
2. Activa.

1. La vía Pasiva: Se da cuando los roedores acceden al predio desde áreas distantes que pueden estar colonizadas desde hace tiempo y que por un problema de escasez de alimentos o de superpoblación (competencia) deciden algunos individuos migrar a esas agroindustrias no colonizadas aún. Pueden ser empresas que recién se instalan en el lugar o que ya se instalaron, pero todavía no habían tenido ningún proceso de colonización.

Se denomina pasiva porque son ellos, los roedores, los que deciden moverse de un lugar a otro. Lo llamativo de este proceso es que, de acuerdo a los distintos autores, se comienza con una hembra grávida o preñada y con uno o dos machos que no son necesariamente alfa y que solo están para la parte reproductiva.

A los 45 o 50 días nacen los gazapos y la colonia comienza a crecer. Al principio la población es muy pequeña, pero con el tiempo pueden llegar más individuos machos y hembras dado que la cantidad de espacio y alimento permiten este acceso y de esta manera la cantidad de roedores crece de forma exponencial.

En un mismo establecimiento puede haber más de una colonia instalada debido a la competencia que existe entre los machos que llegan al lugar. Las colonias pueden asentarse en zonas diferentes que no tienen interacción entre sí. A esto sumamos que pueden ingresar ejemplares de las distintas especies sinantrópicas. Rata de Noruega, Rata de Tirante o Laucha Común o doméstica.

En los inicios se trata de una colonización lenta y gradual.

Hasta que los roedores se hacen visibles en el lugar pueden pasar de 3 a 5 meses. Por este motivo es necesario caminar por las instalaciones, observar y llevar a cabo un plan de prevención contra estos vectores antes que las poblaciones sean críticas y generen daños severos.

2. La vía activa: Se produce cuando estos animales ingresan a través de los camiones con la cosecha o materia prima. Es muy difícil de evitar y por lo general son lauchas o ratas de campo ya que las ratas sinantrópicas Rata de tirante y de Noruega no suelen vivir aisladas en medio del cultivo que se está cosechando, pero no podemos asegurarlo. También pueden provenir de silos o acopios contaminados al trasladar este grano pueden viajar dentro de la carga.

La materia prima puede ser un elemento que permita el ingreso de roedores en áreas no infestadas por eso si todas las empresas y agroindustrias realizaran un control de roedores proactivo y preventivo, estas vías de colonización se reducirían muchísimo.

Mirar o ver: La importancia de la observación periódica.

Para detectarlas en ambos casos, hay que caminar, monitorear y observar la zona de acuerdo a un sistema que denominamos anillos. También se complementa instalando el observador desde el lugar donde se encuentra el alimento y mirando desde ese sitio hacia el exterior como un radar. Tanto monitoreando hacia la superficie del terreno como hacia las partes altas, norias, caños, tensores, estructuras, cables, etc.

Solo se necesita una persona con actitud y conocimientos básicos sobre roedores y su ambiente. Que sepa ver pequeñas cosas en el terreno fuera de lo normal.

Poder actuar rápido permite tomar acciones correctivas también rápido y de esa manera se evitan muchos problemas.

Manos a la obra. Ahora un buen sistema de prevención. 

Otra forma de prevenir es instalando estaciones de cebado, cajas portacebos o los clásicos caños donde se colocan rodenticidas.

Deben estar colocados en lugares estratégicos y críticos donde se sabe que los roedores transitan. Hay todo un mundo de situaciones y lugares donde uno puede verse tentado a colocarlos. BASF ofrece un servicio para que ud. desarrolle el criterio básico: ambiental-ar@basf.com

Este sistema sirve como un buen mecanismo complementario y preventivo. Es necesario que se utilice un buen producto que tenga elevada palatabilidad, altos niveles de proteínas, buena calidad en la formulación o sea que no se derrita con el calor, que no sea rechazado por los roedores, que dure mucho tiempo y que no se le adhiera polvo.

El producto sugerido es el Storm® Secure. Es una nueva formulación del tradicional rodenticida monodósico Storm bloque de 4 gr. Storm® Secure es un bloque más grande que el anterior pero con forma de rosquita y que se puede sujetar a la estación de cebado a razón de 1 por estación de cebado. Si está correcta estratégicamente bien colocado puede conferir un elemento seguro para controlar los rodadores alfa que salen en búsqueda de alimento. Recordar que si tenemos Rata de Tirante las cajas portacebos deberían colocarse en los sitios altos ya que de lo contrario el roedor alfa no lo encontrará si está a nivel del suelo.

Revisar y reponer los cebos de Storm es indispensable para asegurar la excelente palatabilidad que posee.

"Un cebo que no se encuentra en buen estado da el mismo resultado que salir de pesca sin carnada".

Resumiendo. Portacebos buenos, correctamente ubicados y fijados y con un buen producto rodenticida bien mantenido.
Otros elementos claves para un buen plan preventivo son la buena capacitación, el entrenamiento a campo, la limpieza y el orden.

Instalar protocolos y guías de control es importante para que los programas sean permanentes y no se interrumpan. Asegurar la calidad agroalimentaria, la salud animal y humana, la bioseguridad, la prevención de siniestros en instalaciones deberían ser los objetivos que den sustento a los programas de control de tipo preventivo.

Consultas: ambiental-ar@basf.com