Gran sorpresa se llevaron los policías de la Comisaría de San Ignacio, en la provincia de Misiones, cuando interceptaron un viejo Fiat 147 y constataron que en la parte posterior el conductor transportaba faenado un juvenil toro que días antes había sido sustraído de una chacra.
Gran sorpresa se llevaron los policías de la Comisaría de San Ignacio, en la provincia de Misiones, cuando interceptaron un viejo Fiat 147 y constataron que en la parte posterior el conductor transportaba faenado un juvenil toro que días antes había sido sustraído de una chacra.
El martes a la madrugada una patrulla realizaba una recorrida por la zona periférica del poblado cuando divisaron el automóvil sobre la avenida Lavalle y calle Paraguay. El conductor realizó una brusca maniobra para ingresar en una calle poco iluminada, situación que sólo consiguió llamar aún más la atención de los agentes.
Tras una corta persecución, el Fiat fue interceptado y su conductor identificado. Apenas uno de los policías se alumbró dentro del coche, se topó con los cuernos de un animal faenado pero aún con cuero.
El cuatrero, que actuaba en complicidad con su padre y otras cuatro personas, ni siquiera había sacado el asiento trasero para transportar el animal, de casi 200 kilos. El torito había sido acomodado entre el baúl y las plazas traseras del pequeño y desvencijado automóvil.
Como el vacuno todavía estaba con el pelaje, los policías revisaron las denuncias recientes por abigeato y rápidamente pudieron ubicar al propietario, que lo reconoció en la Comisaría.
Los investigadores dijeron que la banda había sustraído el animal hace varios días, pero recién lo sacrificaron el martes a la madrugada en la zona rural de San Ignacio, a 60 kilómetros de Posadas.
El animal iba a ser cuereado, trozado y comercializado en alguna carnicería del poblado, pero hasta ahora no se sabe en cual de ellas, admitieron los policías.
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