Pronostican 211.103 toneladas de ciruela para industria, 4 veces la producción pasada, y 100.703 de durazno. La cifra global emparda a la de 2005. Dudas por plagas, granizo y la mano de obra.
Más fruta, mucha más fruta es lo que esperan recoger los productores mendocinos en el ciclo 2012-2013, sobre todo quienes se dedican a la ciruela desecada y al durazno para consumo en fresco.
Y la estadística que brinda el relevamiento anual del Instituto de Desarrollo Rural lo confirma: la cosecha frutícola, de no mediar contingencias climáticas que tuerzan drásticamente esa previsión, totalizará 667.946 toneladas entre las distintas especies que se dan en Mendoza, un volúmen récord en los últimos 7 años.
Si se desagrega por tipo, claramente la ciruela para industria es, con algo más de 211 mil toneladas, la producción esperada más importante y también la de mayor incremento interanual, ya que multiplica por 4 la recolección del ciclo pasado, cifra que se reajustará a fines de enero próximo.
En tanto, sin un aumento sustancial del área cultivada, la expectativa en torno al durazno es de 100.703 toneladas lo que por ahora es casi 25% más, aunque en el sector hay preocupación por la calidad a causa del mix zonda-granizo.
Para abajo
Por otra parte, los frutales de pepita ratifican su mal momento, con la pera y la manzana en caída por segundo año consecutivo. Un dato acompañado por la pérdida de la superficie cultivada, en una minicurva que arrancó en el ciclo 2009-10 y hoy está en 4.135 y 2.981 hectáreas respectivamente.
“Los números se explican en buena medida por la recuperación de las zonas Este y Norte, donde el año pasado las heladas provocaron mermas de la producción. Y a su vez se cuenta la entrada en producción de una superficie importante de ciruela para industria en el Sur, lo que da un incremento relevante en nuestra estimación de cosecha, aunque la experiencia nos indica que hay que tomar recaudos por lo que implica la caída de frutos. Esto obliga a hacer un reajuste en la segunda quincena de enero, por lo cual si bien se espera mucha más fruta no podemos tomar a las más de 211 mil toneladas como un dato certero hasta ésa fecha”, explicó Francisco Gómez, gerente general del IDR.
Calidad y costos, en la mira
La plaga conocida como “mancha roja”, en combinación con las dificultades para disponer de mano de obra que habitualmente llegan desde el Norte del país son ingredientes de un cóctel complicado para los productores de ciruela desecada, exportable en un 95%. Así lo ve Rolando Kaiser, de la Asociación de Productores de Ciruela de zona Este, para quien así será difícil que a los galpones llegue el grueso del volúmen.
“El negocio está mal tras perder plazas como Rusia a raíz de tres años de no tener cosecha suficiente. Por caso, con más de 138 mil toneladas por levantar en 2011 la merma fue de 30 mil por distintos problemas que seguramente van a impactar éste año. De ser así, con suerte podremos cosechar la mitad de las 211 mil toneladas previstas”, analizó Kaiser.
Al mismo tiempo, el sector ve un crecimiento geométrico de Chile, que llegó a las 40 mil toneladas colocables gracias a sus acuerdos de libre comercio y otros precios. De hecho, en 2012 secaderos locales se abastecieron de fruta chilena y algunos incluso migraron.
En Aspeff (Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas) tampoco domina el entusiasmo, sobre todo luego del que las ráfagas calientes de Navidad fueran el regalo indeseado para las fincas que producen pera, manzana y durazno.
Sin precisiones sobre el efecto real, asumen que afectará la madurez sobre productos que ya resignaron calidad de exportación a causa del granizo.
Para el gerente de la entidad, Raúl Aruani, “es todo una incógnita. La mitad de la manzana está tocada por el granizo y el zonda complicó las cosas en cuanto al tamaño de la pera. Para colmo, Brasil está ?empachado’ de productos de Estados Unidos y no va a comprar hasta entrado enero, las fábricas especulan con los precios y de eso dependerá que la fruta vaya a las cajas”.
Respecto a la previsión en torno al durazno, Aruani separa los tantos. “Lo que se cosechó en el corredor productivo de Valle de Uco se vendió a valores aceptables. Pero lo que queda se ve verde aún y hubo caída de fruta grande por el granizo. Por lo tanto, el ritmo del mercado lo dará el calibre de lo que falta cosechar”, concluyó el dirigente.
Fuente: Los Andes
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