El presidente de la SRA, agregaría votos por derecha al proyecto del Jefe de Gobierno porteño que intenta sumar voluntades dispersas. Las más apetecibles están en el radicalismo, donde una corriente interna conducida por Oscar Aguad ya no disimula su aproximación al macrismo.
Además del habitual discurso inaugural, el titular de la Rural se mostró molesto con las ausencias de figuras políticas y empresariales. Desde el ruralismo político también hubo críticas al alfonsinismo, y reivindicaciones a la figura de Oscar Aguad. El agro tradicional cada vez más cerca del PRO.
Después del discurso pronunciado el sábado por el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati, en lo que fuera su despedida de la conducción ya que en setiembre lo reemplazará el entrerriano Luis Etchevehere, castigó tanto al oficialismo (obvio) como a figuras políticas de la oposición.
Es que desde el ruralismo de entidades como CRA y la SRA, hay un desencanto visible luego de lo que consideran una suerte de uso electoral de la corporación política al conflicto campo gobierno, que tuvo su cenit de campaña en 2009, y llegó a llenar el palco palermitano en 2011 una buena porción de candidatos a presidentes y gobernadores que había en aquel año.
Pero luego de la paliza electoral que sufrió la oposición en agosto primero (PASO) y en octubre después cuando Cristina Kirchner se impuso por la voluntad de más de 11 millones de votos, no quedó demasiado lugar a dudas para los políticos.
Una señal contundente fue la pésima elección de Mario Llambías en la provincia de Buenos Aires, una figura emblemática de la 125 que ni siquiera alcanzó los sufragios necesarios para entrar en la Cámara baja. Su adversario era nada menos que el Ministro de Agricultura, Julián Domínguez, que arrasó en las elecciones bonaerenses al igual que Daniel Scioli y Cristina Kirchner.
Se sabe que la corporación política es impiadosa cuando huele a derrota. Macri parece uno de los que está decidido a apostar con una nueva generación de políticos que curiosamente no son políticos, sino personalidades cuyo principal atributo es la fama de la tele, nada tonto por cierto con lo difícil que es instalar un candidato.
Miguel Del Sel, es un vivo ejemplo de esta estrategia, y le ex Midachi no oculta que el señalado es uno de los principales sesgos que buscan desde el Macrismo. Por caso, el interés manifiesto por Alfredo De Ángeli, no pasa esencialmente por su proximidad con el sector ruralista sino por el conocimiento que la gente tiene de su figura más incorporada en el concepto de “famoso” de la tele, que como dirigente agrario. No importa, suma votos, y eso es lo que se necesita para ganar, lo sabe cualquiera en estas lides.
Hugo Biolcati parece dispuesto a dar ese paso, y desde el macrismo lo verían con buena cara para atraer alguna porción del electorado presumiblemente seguidor del Jefe de Gobierno porteño. A esta altura, es difícil (o imposible) creer que Biolcati pueda sacarle votos al kirchnerismo, habría que pensar más su inserción en la política como cara conocida a la fuerza desde los medios, para sumar por derecha tal vez un electorado disperso que dejó Elisa Carrió, pero también al radicalismo.
Precisamente en la UCR hay un clima de ruptura con dos corrientes la que encarna Ricardo Alfonsín (que no es Raúl Alfonsín, sino el hijo) y la que esboza cada vez con más énfasis, Oscar Aguad, candidato a gobernador de Córdoba en 2011 que llevó como compañero a vice al ex segundo de Llambías, Néstor Roulet.
A nadie pasó inadvertido que el sábado pasado Aguad (quien disimula cada vez menos sus reuniones con el jefe de la bancada PRO, Federico Pinedo) fuera uno de los presentes, y en cambio Alfonsín se preocupara por remarcar las ambiciones de su padre por unir a la UCR con el socialismo.
La puntería de Macri estaría entonces dirigida a ese electorado radical, de un interior provincial desencantado con la conducción del partido. Habrá que esperar.
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