viernes, 31 de agosto de 2012


Israel: Riego con agua salada aumenta producción

El desierto del Negev está siendo escenario de un acontecimiento agrícola sin precedentes. La sequía, según se pudo comprobar, no parece afectar a los agricultores de la zona sureña de Ramat Hanegev. En lugar del riego con agua dulce, expertos en agricultura consiguieron elaborar un sistema que funciona con agua salada, logrando un hecho sin [...]
El desierto del Negev está siendo escenario de un acontecimiento agrícola sin precedentes. La sequía, según se pudo comprobar, no parece afectar a los agricultores de la zona sureña de Ramat Hanegev.
En lugar del riego con agua dulce, expertos en agricultura consiguieron elaborar un sistema que funciona con agua salada, logrando un hecho sin precedentes a nivel mundial: una plantación de olivo, que ocupa una superficie de 1.000 metros cuadrados tuvo una producción cuatro veces mayor de la que se obtiene en un área similar irrigada con agua dulce.
Expertos israelíes también observaron la ventaja del agua salada en el cultivo de tomates y viñedos, y hasta los tilapias – peces de agua dulce – parecen haberse acostumbrado ya al nuevo sistema.
Uno de los pioneros de irrigación con agua salada en el Negev es Yoel Malaj, miembro del kibutz Revivim. Así explicó su éxito: «Ya intentamos en el pasado utilizar agua salada en irrigación, pero fracasamos por falta de conocimientos tecnológicos. Muchos fueron los escépticos en cuanto al éxito que podría tener el riego de cultivos con agua salada, extraída de una profundidad de 300 metros.
Comenzamos con algodón, pasando a aceitunas, melones, tomates, etc. Estamos recibiendo apoyo del Instituto Vulcani, de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Ben Gurión y del Instituto Blaustein del kibutz Sdé Boker».
Actualmente, la plantación de olivos del kibutz Revivim es la más destacada de Israel.
Como no existen restricciones en la utilización de agua salada en la zona sur del Negev, el cultivo de aceitunas pasó a tener una reputación a nivel mundial. Los árboles fueron especialmente diseñados para la cosecha mecánica, con la ayuda de avanzadas maquinarias que sujetas al tronco, sacuden fuertemente las ramas hasta arrojar las aceitunas al suelo. Parte de dichas máquinas fueron perfeccionadas en Israel.
Gracias a este avance en la industria del aceite de oliva, la zona estará en condiciones de absorber y emplear más población.
Este éxito despertó interés en el círculo de los grandes empresarios, quienes ya se encuentran en plenas averiguaciones para la inversión en plantaciones de olivares.
El cultivo de olivos en agua salada en el Negev estuvo precedido por otro avance científico: el cultivo de tomates, por ejemplo, donde se comprobó que cuanto más salada es el agua utilizada, más dulce es el fruto que se recoge. Y de aquí a las aceitunas no hubo más que un corto paso.

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