La producción hortofrutícola en México se ha duplicado desde que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994.
“México tiene ventajas climáticas que le permiten producir todo el año frutas y hortalizas y con el aumento (de la demanda) de Estados Unidos el sector invirtió en tecnología e invernaderos”, explicó Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.
México pasó de producir 19 millones de toneladas anuales de frutas y hortalizas en 1994 a 37 millones de toneladas el año pasado.
El aumento se reflejó proporcionalmente en el valor del sector. El primer año en que entró en funcionamiento el acuerdo, la producción tuvo un valor de mercado de 5 mil 896 millones de dólares y en 2017 de 11 mil 295 millones de dólares.
El país exporta casi 28 por ciento de lo que produce y 80 por ciento de los envíos son a Estados Unidos.
En las actuales negociaciones del TLCAN la propuesta de Estados Unidos de imponer temporalidad a las exportaciones de México se ha convertido en uno de los temas ríspidos.
“Para los consumidores estadounidenses ha sido una ventaja que ahora cuenten con un proveedor que todo el año los pueda proveer de frutas y hortalizas, por eso se ha vuelto tan importante”, dijo Anaya.
Canadá también es clave en el crecimiento del sector. México pasó de ser el octavo proveedor de alimentos a esa nación en 1993 al segundo, sólo detrás de Estados Unidos.
México exporta principalmente aguacate, tomate, berries, mango y limón. Jalisco, Michoacán, Veracruz, Sinaloa y Sonora son las principales entidades productoras.
Un estudio reciente de la FAO, señala que en lo últimos 20 años el patrón de cultivo del campo mexicano se ha modificado y “se manifestó en el crecimiento de la superficie sembrada de aguacate, berries y agaves”.
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