Argentina, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de grano, perdió 5.895 millones de dólares en la exportación de soja y maíz durante el pasado año por la fuerte sequía de sus zonas agrícolas, según un informe difundido por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
“Esta campaña 2017/18, el producto bruto de las cadenas de la soja y el maíz estará un 23 % por debajo del nivel que podría haberse alcanzado de no mediar las inclemencias climáticas”, anunció la entidad.
Según el informe “Campaña 2017/18: Actualización del Impacto Económico de la Sequía”, elaborado por la Gerencia de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales y hecho público este jueves, “se han duplicado respecto del análisis previo”, que se realizó en marzo.
“Esto no solo se explica por la disminución en la estimación de producción de soja y su impacto en la molienda, sino también por la caída experimentada por las cotizaciones internacionales desde la publicación del cálculo anterior, que disminuyeron la compensación vía precios”, destacó el documento.
El sector más afectado es el de producción primaria, que contabiliza pérdidas de 2.331 millones de dólares.
La cosecha del maíz padecerá, como consecuencia de la caída en la producción, un ajuste en las exportaciones de grano, que alcanzarían 21 millones de toneladas, un 25 % menos que lo calculado en las previsiones de la Campaña 2017/2018.
“Debido a la alta participación de Argentina en los mercados internacionales, ante la baja en la producción el mercado reaccionó con subas significativas para los productos del complejo oleaginoso y el maíz”, alegó el texto sobre las pérdidas en el caso del maíz.
Para la soja, que es todavía el principal cultivo en el país austral, alcanzaría los 34,3 millones de toneladas, lo que significa que quedaría 8,7 millones por debajo de lo estimado.
El documento denunció que la periodicidad y la magnitud del impacto climático adverso en un sector tan importante como este para la economía del país, “ponen en evidencia la necesidad de diseñar e implementar una estrategia integral para la gestión del riesgo agropecuario”.
Este último estudio contempla únicamente las consecuencias directas de las pérdidas por causa de la sequía en el sector agroindustrial, por lo que apuntó que el impacto macroeconómico final podría llegar a ser mayor si se incluye el resto de los sectores de la economía que actúan junto a este sector.
“Estas cifras podrían no reflejar suficientemente la mayor fragilidad que dejan en el sector de cara a las decisiones de inversión para la nueva campaña”, concluyó el texto.
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