Hasta el momento, tan sólo una empresa con sede en EE.UU. ofrecía la posibilidad de medir la firmeza de los frutos. Sin embargo, “los clientes no estaban del todo satisfechos, ya que se trata de una máquina diseñada hace 20 años y que no había sido actualizada, a lo que había que sumar su pobre servicio post venta”, comenta Klotz, CEO de la empresa Agrosta.
Esta máquina no resultaba fiable y tan sólo se ha estado usando para las cerezas. Es por ello que Agrosta, de la mano de Laurent Klotz, y en colaboración con Steve Taylor de Winterwood, llegaron a la conclusión de que el mercado necesitaba un instrumento de medición de firmeza en el que pudieran confiar, pero que además controlara el color y el tamaño del fruto. Y fue así como nació SoftLab. Este instrumento cubre las necesidades de productores y comercializadores, gracias al cual pueden ofrecer total seguridad a sus clientes del estado de sus productos y el momento de madurez óptimo.
Esta máquina no resultaba fiable y tan sólo se ha estado usando para las cerezas. Es por ello que Agrosta, de la mano de Laurent Klotz, y en colaboración con Steve Taylor de Winterwood, llegaron a la conclusión de que el mercado necesitaba un instrumento de medición de firmeza en el que pudieran confiar, pero que además controlara el color y el tamaño del fruto. Y fue así como nació SoftLab. Este instrumento cubre las necesidades de productores y comercializadores, gracias al cual pueden ofrecer total seguridad a sus clientes del estado de sus productos y el momento de madurez óptimo.
Como principal característica, indicar que “queríamos aplicar las últimas tecnologías al sector de las frutas y verduras. Nuestro SoftLab está compuesto por impresiones en 3D: motores impresos en 3D, tornillos con las mismas características, y ejes lineales impresos también en 3D, así como tableros electrónicos”, comenta Klotz. Y es que desde Agrosta, explican que esta opción es la más ventajosa, al ser elementos que se producen en gran número, reduciendo costes; son componentes que están siempre disponibles, ya que ellos mismos disponen de las impresoras especiales en sus instalaciones; y han sido altamente probados, demostrando una gran durabilidad.
A día de hoy, SoftLab se está comercializando en 55 países como Chile, Argentina, Vietnam, EE.UU., Reino Unido, Sudáfrica, México, Canadá, India o Países Bajos, entre otros. Su precio es de 4100 euros incluyendo el transporte a cualquier parte del mundo y “calculamos que el desembolso se rentabiliza en un plazo de un año”, aclara Klotz. Además, este aparato se puede utilizar para una amplia gama de productos como arándanos, cerezas, albaricoques, tomates, fresas o moras.
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