También el aceite mezcla.
A fines del año pasado –apenas estrenado el gobierno macrista– el secretario de Agricultura Ricardo Negri prometió a representantes de la industria oleaginosa que el “fideicomiso aceitero” –un invento del gobierno kirchnerista– sería dado de baja. Pero luego la inflación minorista se disparó. Y esa promesa quedó en el olvido.
Gracias al aporte de ese fideicomiso privado –o subsidio forzoso dispuesto por el gobierno– la botella de 900 centímetros cúbicos de aceite de girasol Natura, que en cadenas de supermercados de la ciudad de Buenos Aires puede conseguirse a actualmente un valor de 23.7 pesos, en la ciudad de Montevideo (nación en la que rige el libre comercio) el valor ese mismo producto es de 78 pesos uruguayos (una cifra equivalente a 40.5 pesos argentinos).
Es decir: en condiciones de economía de mercado el aceite de girasol debería tener un valor minorista 70% superior al vigente. La diferencia, en lo que va del año, es aportada íntegramente por la industria aceitera (que viene operando a contramargen en el mercado oleaginoso local).
En los últimos meses el precio del aceite regulado –girasol y mezcla– se fue ajustando a cuentagotas. Pero la semana pasada el secretario general de la Federación de Aceiteros, Daniel Yofra, aseguró –desinformando a la población– que en unos pocos días más el precio minorista del aceite se triplicaría. El resultado: la gente corrió en estampida a los supermercados para atesorar botellas de aceite.
En ese contexto, funcionarios del Ministerio de la Producción indicaron –por medio de un comunicado– que acordaron con las empresas integradas en la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) que en agosto próximo el precio mayorista del aceite de girasol podrá ser incrementado en hasta un 6% respecto del valor de julio, mientras que el aceite mezcla podrá ser ajustado en no más del 4%.
El fideicomiso privado con control estatal es gestionado desde 2010 por el Banco Galicia en el marco de un esquema denominado de “autocompensación privada”. El mismo determina que el 1,2% del monto de todas las exportaciones argentinas de poroto de soja y de pellets/harina de soja y de girasol pasan a integrar el “fideicomiso aceitero”, por medio del cual se financia el subsidio a los aceites comestibles destinados al consumo interno (en el caso de los pellets/harina, el 1,2% se aplica sobre el volumen de ambos productos medido en equivalente grano).
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