El analista de Mercados Ignacio Cueva, en una evaluación para Acopiadores de Córdoba, se preguntó si los cambios para el agro tras la asunción del Gobierno de Mauricio Macri, que el campo esperaba desde hace tiempo es todo lo que puede aguardar el productor o es sólo el comienzo.
Recordó que todo comenzó cuando desde Pergamino (Buenos Aires), el Presidente Macri anunció el fin de las retenciones a granos y carnes, mientras que informó una baja de 5% en el caso de la soja.
La noticia ya se esperaba, al haber pocas novedades y el hecho de que los mercados ya descontaban la medida, se evidenciaron pocos cambios en consecuencia.
“Ya para el miércoles, tuvimos el anuncio por parte del Ministro de Hacienda y Finanzas de que se terminaba el cepo al dólar, dando fin a las trabas para la libre comercialización de las monedas extranjeras, si bien algunas de dichas trabas seguirán en pie por algo más de tiempo”, sostuvo Cueva.
Tras la liberación del cepo, el tipo de cambio comenzó, a flotar en valor fijados por el mercado, aunque el BCRA informó que tendrá una postura activa en la determinación del precio, llevando a lo que se conoce como flotación sucia.
Así, el dólar de 9.75 pesos que hasta el miércoles pasado se recibía en la comercialización de los granos pasó a cotizar en 13.70$.
“Estos precios impactaron directamente en la cotización local de los granos, los cuales vieron aumentos en su valor en pesos”, dijo sin embargo destacó que el “importe actual del tipo de cambio deja dudas respecto a su eficiencia en el mediano y largo plazo, ya que no parece traccionar grandes ventas desde el agro y deja en duda el grado de competitividad del país a nivel internacional”.
Pasando a la comercialización de los granos en sí, la soja llegó a cotizar $3.050 con un incremento de su precio en $50, y finalmente despertó interés de venta.
“El mundo esperaba que nuestro país vuelque toda la producción guardada al circuito internacional al devaluar, lo que no se observa al día de hoy y permite respirar a Chicago”, analizó.
Mientras que el poroto de soja tiene lugar para subir algunos dólares más, pero dependerá de las necesidades financieras del productor argentino, y la necesidad de compra de las fábricas.
Por otro lado, aclaró que “es en el trigo donde se hace más notoria la ausencia de cambio a nivel del precio en dólares, ya que los márgenes obtenidos por los compradores son más significativos”.
“En este cereal hemos visto una suba en la cotización en pesos pero una caída en los precios en dólares. El efecto de la quita de retenciones no se llevó a un acercamiento al precio FOB, en torno a 175 u$s la tonelada, mientras que post devaluación, los precios en pesos, y los negocios en el MATba, indican que la mercadería cámara se está pagando 145 u$s la tonelada”, añadió.
Para el especialista “lo que queda por delante se divide en dos partes: lo que pueda hacer el gobierno por incentivar al sector agro, donde el foco lo tendrán el tipo de cambio y los aspectos impositivos, y lo que puede hacer el sector agro por sí mismo”.
Respecto del tipo de cambio, “resta observar si los precios actuales son suficientemente competitivos para el país, y cuando se tenga más previsión sobre el andar de esta variable económica, se podrán tomar mejores decisiones”, indicó.
“Por otro lado, estando sobre el fin de la ventana de siembra de maíz, el aspecto productivo queda en latencia hasta mitad de año, por lo que el foco del productor argentino debería pasar por la comercialización”, concluyó.
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