La eliminación de las retenciones y la suba del dólar no compensaron la inflación y la caída de los precios internacionales.
Hace dos semanas el presidente Mauricio Macri anunció la eliminación total de las retenciones aplicadas al trigo y el maíz, entre otras producciones, y un recorte de cinco puntos sobre los derechos de exportación para la soja y derivados industriales. Esta importante mejora para la rentabilidad sectorial se complementó con ladevaluación del peso más grande desde la salida de la convertibilidad en 2002.
Este beneficio real para los productores del agro se hizo visible con el notorio ascenso de las liquidaciones de exportaciones, que le permitieron al Banco Central sumar casi USD 700 millones a las reservas desde la salida del “cepo” cambiario.
Sin embargo, la rentabilidad del complejo agroindustrial, que representa un tercio del total de las exportacionesde la Argentina y es el rubro más competitivo y superavitario de la economía nacional, todavía no recuperó los niveles que había alcanzado en enero de 2014, hace casi dos años, luego de la devaluación aplicada por el gobierno de Cristina Kirchner, con Áxel Kicillof en el Ministerio de Economía y Juan Carlos Fábrega en el Banco Central.
La caída de los precios internacionales de las materias primas y la inflación acumulada en los últimos 23 meses consumieron la ventaja cambiaria obtenida, y esta pérdida no llegó a ser compensada aún por el recorte de retenciones y la devaluación impulsadas por el gobierno de Macri en diciembre.
En comparación a un año atrás (24 de diciembre de 2014), el dólar oficial aumentó 52,6%, desde los $8,55 a los $13,05 del actual tipo de cambio mayorista de referencia del Banco Central. Con una inflación interanual en torno al 25%, según mediciones privadas, la mejora cambiaria resultó aproximadamente en un 27,6 por ciento.
Con un recorte de derechos de exportación para la soja y derivados de cinco puntos (se redujo del 35 al 30 por ciento), la rentabilidad para la oleaginosa mejoró 32,6% interanual. Pero para las exportaciones del grano de soja el beneficio de las medidas de Macri disminuye a 17,8%, pues los precios internacionales del poroto sin procesar cayeron 14,8% interanual (de USD 378,01 a USD 322,24 por tonelada en el mercado de Chicago).
Desde enero de 2014 a hoy la suba del dólar fue inferior a la inflación
En el caso de los derivados, la mejora de rentabilidad para exportar aceite de soja fue del 29,3%, pues el precio en doce meses se redujo apenas 3,3% (de USD 704,06 a USD 680,68). Este producto captó casi por completo el beneficio de la devaluación más el recorte de retenciones. Para la harina de soja, la mejora de rentabilidad es apenas del 6% respecto de la Navidad de 2014, por la caída de la cotización internacional de 27,6% (de USD 409,48 a USD 296,58).
Sí es muy superior el perfil exportador para trigo y maíz, cuyas retenciones, de 23 y 20 por ciento respectivamente, fueron eliminadas por completo. La tonelada de trigo cayó en un año 23,5% (de USD 224,69 a USD 171,78 en EEUU), compensado por la supresión de los derechos de exportación, con lo que capta casi la totalidad del efecto positivo de la apreciación real dólar en un 27 por ciento.
Mayor es la rentabilidad del maíz, de 37 por ciento. Para el cultivo se eliminaron las retenciones del 20% y obtuvo un beneficio real de la devaluación de 27,6% en comparación a un año atrás. La caída de precios en doce meses fue apenas de 10,6% para el cereal (de USD 160,53 a USD 143,50 por tonelada).
Menos rentable que en 2014
No obstante, si la comparación se extiende a 23 meses atrás, recién aplicada la devaluación del peso entre el 21 y el 23 de enero de 2014, las iniciativas de Macri no llegan a compensar la pérdida de rentabilidad de la agroindustria por la inflación local y el declive de precios en el exterior.
Entre el 24 de enero del año pasado y el 24 de diciembre último, el dólar oficial subió 62,7% (de 8,02 a 13,05 pesos), mientras que la inflación acumulada en el período fue aproximadamente 66% según el índice Congreso y 66,8% según el sitio Inflación Verdadera. Es decir que la devaluación del peso aplicada por el actual presidente del BCRA Federico Sturzenegger todavía no consigue llevar al dólar oficial al mismo nivel que Fábrega, pues sigue rezagado respecto a la evolución del promedio de precios de ese período.
Desde aquella devaluación del año pasado, la tonelada de soja cayó 31,7% (de USD 472,07 el 24 de enero de 2014 a USD 322,24 el 24 de diciembre de 2015). Al contabilizar devaluación, inflación y baja de retenciones de los últimos 23 meses, hoy la pérdida de rentabilidad para la exportación del grano es del 29,9 por ciento.
El aceite soja cayó 17,8%, desde los USD 827,76 del 24 de enero del año pasado, con una reducción de rentabilidad exportadora de 16% en 23 meses. La harina de soja se desplomó 36,8% desde los USD 469,35 del 24 de enero del año pasado: hoy es 35% menos rentable.
Aún con la reciente eliminación de retenciones, la rentabilidad del trigo es apenas 2,5% superior a enero de 2014, pues la cotización del cereal se redujo 17,3% respecto de los USD 207,70 del 24 de enero del año pasado 2014. Para el maíz, la mejora es de un marginal 1,7%, pues los precios internacionales cedieron 15,1% (USD 169,09 por tonelada el 24 de enero de 2014), que sumado a una devaluación inferior a la inflación, apenas fue compensado con la eliminación de retenciones del 20 por ciento.
Según datos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) la Argentina es líder mundial en exportaciones de aceite de soja (68% del mercado global en 2013), harinas proteicas de soja (52% del total) y es el tercero de grano de soja (9% del total). También es el cuarto exportador mundial de maíz y octavo de vendedor de trigo del mundo.
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