La Asociación Rural del Paraguay (ARP) expresó este martes que se debe diferenciar entre la carne procesada y los aditivos usados en la transformación, tras la nota de la Organización Mundial de Salud sobre los riesgos relacionados con productos cárnicos.
“Lo de la carne procesada tiene más que ver con los conservantes utilizados”, dijo Carlos Pereira, vicepresidente de la ARP y de la comisión de carne de esa organización.
Pereira señaló que el estudio de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) en el que se indica que la carne procesada es cancerígena para los humanos, mientras que la carne roja “probablemente” también lo es, ha tenido una divulgación que calificó de “alarmista”.
“Se sacó de contexto, ya que se refiere a las carnes procesadas y obviamente los países que no producen carne, que es un producto costoso, tienen que procesarla para que tenga un consumo masivo”, declaró Pereira.
Añadió que en Paraguay, tanto el consumo como la exportación de carne procesada es muy inferior al de carne fresca, algo que extendió a otros países productores del Cono Sur, como Argentina y Uruguay.
“La accesibilidad a la carne fresca es superior en los países del Cono Sur”, dijo.
Paraguay tiene en la actualidad una producción anual de 550.000 toneladas de carne, de las cuales exporta 390.000 toneladas a diversos países.
El país suramericano cerró 2014 con más de 14 millones de cabezas de ganado y habiendo recuperado ya sus principales destinos de exportación tras recobrar el estatus de país libre de la fiebre aftosa en noviembre de 2013.
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