El dueño del frigorífico Arroyo, que permanece cerrado desde hace meses y tomado por los trabajadores, dijo ayer que no tienen “capital de trabajo” para reflotar la empresa y que la única salida es encontrar otra firma interesada.
Daniel Arroyo informó que la empresa está en convocatoria de acreedores y que si hasta ahora no pidió su propia quiebra fue “para darle la posibilidad a la provincia de encontrar otro operador” que permita salvar los 75 puestos de trabajo.
Arroyo admitió que el frigorífico y la planta de faena deberían funcionar con la mitad del personal actual y que tanto para él como para cualquier otra firma cárnica que se haga cargo sería “demasiado pesado” el costo de indemnizar a quienes se desvinculen. Vale recordar que hace pocos días, el empresario dijo que existen sondeos del gobierno provincial con el frigorífico Río Negro de Jacobacci, y con Fridevi de Viedma, sobre su interés en tomar la posta del matadero barilochense.
Arroyo señaló que, además de los riesgos a asumir, las dudas tienen que ver con el actual esquema de barreras sanitarias que impiden la circulación libre de ganado en pie y faenado por la Patagonia, a pesar de que todas las provincias de la región están declaradas como libres de aftosa sin vacunación. Según indicó, cualquier firma del sector necesitaría “una cierta seguridad” de que antes de fin de año o bien a comienzos del próximo se eliminen todas las barreras.
“El gobierno trabaja en eso porque le interesa que esto no se caiga”, aseguró. Refirió también que el patrimonio del Frigorífico Arroyo “duplica la deuda” acumulada con proveedores y con la AFIP, que cifró en unos 30 millones de pesos.
Mientras, los trabajadores siguen sin cobrar los salarios de septiembre y mantienen tomada la planta desde hace varios días.
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