Mientras el indicador Novillo tipo, que elabora el INAC, registra los mayores diferenciales desde que se llevan registros, los criadores de ganado enfrentan márgenes en caída.
Mientras los criadores de ganado de Uruguay ven cómo reciben unos US$ 70 menos que el año pasado por cada ternero que venden, las empresas frigoríficas –después que venden la carne de un novillo y pagan por el ganado– obtienen US$ 167 más que hace un año atrás. De acuerdo a las mediciones que INAC hace sobre el llamado Novillo tipo, el margen bruto de la industria una vez pagada la materia prima es el mayor de la historia. Una vez pagado el novillo los industriales mantienen una diferencia de US$ 400 por animal, bastante más que los US$ 233 que les quedaban en abril de 2013.
Esta no es su ganancia. Les queda pagar los crecidos salarios y costos como los de energía y transporte, mayores a los de los países vecinos. Pero de todos modos, el contraste entre el margen industrial creciente, el precio estable para la carne en la exportación y el mercado interno por un lado y la baja del precio del ganado se prolonga y genera incertidumbre. Especialmente entre los que se ven más perjudicados y son más débiles en la cadena: los criadores.
Tras un período largo de pérdidas para la industria y buenos precios para los criadores, se han invertido los tantos. Lo que está sucediendo es un cambio de fase en el ciclo ganadero. El mercado da señales: el stock de vacas de cría es récord, la producción de terneros ha aumentado fuerte, la alta oferta da más poder a los compradores, la cantidad de vacunos en Uruguay es récord y debería estabilizarse. Pero si las señales de los precios son muy fuertes, el proceso no termina en estabilización, sino en retroceso. Empezará a aumentar la producción de carne. Aumenta la oferta de vacas. Y cuanto más baje el ternero mayor la oferta de vacas será. El ternero está cruzando en este momento los dos dólares por kilo hacia abajo tras haber cotizado por encima de los tres dólares.
Las primeras evaluaciones del pasado entore anticipan una leve reducción de las tasas de preñez. Optimizar la preñez de las vacas a través de técnicas como el destete precoz tiene un costo importante y si la perspectiva es que las vacas flacas y los terneros valgan poco, mejor negocio es engordar la vaca. Es lo que muchos están haciendo, llevando la faena en las últimas dos semanas a superar los 50 mil animales. Las altas faenas, luego de años de ausencia, han vuelto. Las consecuencias exceden a la ganadería. La mayor oferta de la carne reaviva a un sector de la alicaída industria, contribuye a sostener el crecimiento del PIB y aplaca un frente de lucha contra la inflación. Pero amenaza a la cría, el sector más débil y justamente el que da origen a todo el ganado, por definición. Y esa amenaza lo es a todo el sector, que tiene un futuro brillante por delante.
Amenazas y oportunidades
Durante la semana pasada la excelente perspectiva y posicionamiento para la carne vacuna uruguaya quedó una vez más de manifiesto. La situación de libre de hormonas de los sistemas de producción de Uruguay, fruto de una ley de comienzos de los años de 1960, da una garantía absoluta sobre un tema que cada vez requieren más los consumidores: ni anabólicos ni otros promotores de crecimiento ni antibióticos en la carne.
Una moda nos ayuda: los demandantes no quieren animales con hormonas. Ni Europa ni China. Y Uruguay es el único que las prohíbe por ley. Nos encontramos con otra oportunidad. Uruguay puede garantizar en forma casi exclusiva la ausencia de hormonas. La suma de una garantía legal y un sistema de trazabilidad ampliamente reconocida tienen un valor inestimable.
Por un lado, fueron un suceso en Shanghái. En la feria de la alimentación Sial en esa gigantesca ciudad la carne uruguaya fue la estrella. “Nunca vi una feria así para la carne uruguaya”, dijo al regreso el vicepresidente de INAC, Fernando Pérez Abella.
Por un lado, en EEUU la recepción a los planteos de apertura comercial fue igualmente brillante. Ya se trabaja en la generación de un cupo para carne “natural” certificadamente libre de hormonas y tal vez también de antibióticos. La perspectiva de los mercados externos tiene plena firmeza. “El problema es que los chinos nos piden 20 contenedores y les podemos mandar dos”, ejemplificó el martes 20 Gastón Scayola, vicepresidente de Frigorífico San Jacinto.
Pero no se trata de lo que vendrá, sino de lo que se ha instalado desde el final de 2013. La industria en Uruguay está obteniendo márgenes radicalmente diferentes a los de años anteriores. En relación al margen que deja estrictamente cada novillo faenado, es el mayor desde que se empezaron a tomar registros en 2007.
Lo demuestran los informes de las empresas brasileñas que deben hacer públicos sus resultados económicos y financieros para sus accionistas. Tanto Marfrig como Minerva –que poseen en conjunto seis plantas en Uruguay– destacaron con énfasis los buenos resultados que están teniendo en el país, mucho mejor al de plantas radicadas en Brasil.
Marfrig por ejemplo destaca que a pesar de los perjuicios que causó la sequía en el verano brasileño y que trajo aparejada una menor oferta de ganado, el impacto de esa situación “fue pequeño debido al gerenciamiento de los canales de venta y a la recuperación de las operaciones de Uruguay”.
El informe describe el foco del negocio de la sección carnes de la siguiente manera. Las operaciones internacionales de América del Sur se concentran en la exportación de cortes nobles de carne bovina y el aprovechamiento diferencial estratégico de Uruguay, con acceso a los principales mercados consumidores del mundo.
El problema es que el precio que se paga por esos cortes nobles en Uruguay ha seguido una trayectoria inversa a la de Brasil. En el país norteño los precios han subido.
En su resumen final, el informe de Marfrig a sus accionistas vuelve a resaltar los márgenes obtenidos en Uruguay: “Marfrig Beef continua registrando un desempeño cada vez mejor: altos márgenes, control más eficaz del capital de giro que ya se observaba en los últimos dos trimestres”.
Como ya se había mencionado en el tercer trimestre de 2013, “la Unidad de Bovinos de Uruguay registró un desempeño fuerte, obteniendo no solo márgenes más elevados, (sino) también una fuerte generación de caja”.
La operación en Argentina continúa operando conforme a lo esperado rumbo al breakeven es decir, al empate, que parece en el país vecino no ser un mal resultado.
Uruguay vuelve a ser destacado en la descripción de las operaciones de exportación en América del Sur, que se “concentran en la exportación de cortes nobles de carne bovina y el aprovechamiento del diferencial estratégico de Uruguay con acceso a los principales mercados consumidores del mundo”.
En términos similares se expresa el informe trimestral de Minerva, que en su mirada a Uruguay da pautas simples pero contundentes sobre la situación en el país: “mejor precio para la carne uruguaya en el mercado internacional, acceso a mercados de nicho, leve baja del precio del ganado, recomposición de márgenes por parte de la industria y lo que importa en el futuro: expectativa de alta oferta de ganado por el cambio de fase en el ciclo ganadero”.
Los precios de exportación ratifican una situación sumamente estable en cuanto a precios en el exterior. Las muy altas ganancias de la industria pueden significar que los precios han hecho piso y que la actividad de faena seguirá muy fuerte a valores similares a los de esta semana, a que la industria optimizará el margen de corto plazo, aunque amenazando la oferta de ganado de mediano plazo por desestímulo a la producción de terneros.
Las heladas de estos días darán síntomas de cuán fuerte es el ajuste industrial.
Escalera sin final a la vista
Bastaría que los criadores recibieran alguna señal de interés por parte de la industria para que la producción de terneros se estabilizara en 3 millones. Pero en la ganadería los equilibrios son difíciles. En la fase del ciclo en que la escasez de terneros es lo determinante los frigoríficos pierden o ganan muy poco. En la fase complementaria, la de alta oferta, los frigoríficos buscan optimizar sus márgenes. Los 101 mil vacunos faenados en las dos semanas anteriores son un recordatorio de que la industria puede seguir mejorando los márgenes a través de un mejor uso de la capacidad instalada mientras permiten que los productores mantengan sus rodeos que son la maquinaria productiva de la ganadería uruguaya.
La faena ha empezado en este mayo un camino ascendente, desde menos de dos millones de vacunos faenados en los últimos 12 meses hasta superar los dos millones al final de este año. Desde ahí, cuánto sea capaz de subir y sostenerse a la actividad de la principal industria alimentaria de Uruguay dependerá principalmente de que se logren los equilibrios necesarios como para que criar ganado en Uruguay siga valiendo la pena. Nuestro país tiene por delante varios años de crecimiento en la producción de carne. ¿Cuántos? ¿Dónde está el techo? Ese partido se juega a partir de las primeras heladas de este año, que llegan hoy viernes.
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