Alrededor de 3,3 millones de hectáreas de tierras en China están demasiado contaminadas para cultivar la tierra, dijo un funcionario del gobierno el lunes, poniendo de relieve el riesgo que enfrenta la agricultura tras tres siguientes décadas de rápido crecimiento industrial. China ha estado bajo presión para mejorar su medio ambiente urbano luego de una [...]
Alrededor de 3,3 millones de hectáreas de tierras en China están demasiado contaminadas para cultivar la tierra, dijo un funcionario del gobierno el lunes, poniendo de relieve el riesgo que enfrenta la agricultura tras tres siguientes décadas de rápido crecimiento industrial.
China ha estado bajo presión para mejorar su medio ambiente urbano luego de una ola de temores en torno a los niveles de contaminación.
Pero la limpieza de las zonas rurales podría ser un desafío aún más grande a medida que el gobierno trata de revertir el daño causado por años de una gigantesca expansión urbana e industrial y asegurar el suministro de alimentos para una población creciente.
Wang Shiyuan, el vice- ministro de tierra y recursos, en conferencia de prensa contó que China está decidida a rectificar el problema, habiéndose comprometido a destinar “decenas de miles de millones de yuanes” para proyectos piloto destinados a la rehabilitación de suelos contaminados y aguas subterráneas.
La superficie de tierra contaminada en China es aproximadamente del mismo tamaño que Bélgica. Wang dijo que no se permitirá más siembra en estas zonas ya que el gobierno busca evitar que metales tóxicos ingresen en la cadena alimentaria.
“En el pasado hubo noticias indicando acerca de arroz contaminado con cadmio. Este tipo de problemas ya ha sido estrictamente prohibido”, sostuvo.
Este año los inspectores encontraron niveles peligrosos de cadmio en el arroz que se vende en la ciudad sureña de Guangzhou. El cereal se cultiva en Henan, una importante región productora de metales pesados.
La determinación de China para exprimir la mayor cantidad de alimentos y recursos como sea posible de sus tierras ha llevado a miles de granjas a encontrarse muy próximas a plantas químicas, minas y otras industrias pesadas, aumentando los riesgos de contaminación.
Dado que la seguridad alimentaria sigue siendo la preocupación más apremiante, China está decidida a asegurar que por lo menos 120 millones de hectáreas de tierra estén reservadas para la agricultura, una política conocida como la “línea roja”. La rehabilitación de tierras contaminadas es parte de esa política.
Una encuesta del gobierno reveló rastros de metales tóxicos que se remontan por lo menos a un siglo, así como pesticidas prohibidos en la década de 1980. Algunos investigadores afirman que hasta un 70% de la tierra de China podría tener problemas.
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