¿Por qué es tan buena la vacunación de aves contra la salmonela? Esa fue la pregunta que se planteó y respondió en un seminario especial celebrado hace poco en Tailandia. Informa Jackie Linden, editora principal de The Poultry Site.
La salmonela sigue siendo un problema en la cría intensiva de aves, en los trópicos y en los sistemas camperos, según el catedrático Paul Barrow de la Facultad de Medicina y Ciencias Veterinarias de la Universidad de Nottingham en el Reino Unido.
En su ponencia titulada ‘Poultry Science Outlook’ (análisis científico sobre avicultura), organizado por la Asociación de Ciencias Avícolas Mundial (del inglés, WPSA) en Bangkok a principios de este año, Barrow explicó que hay varias formas de enfocar el control de la enfermedad y éstas incluyen la bioseguridad, los antibióticos, la exclusión competitiva, la reproducción en busca de la resistencia genética y la vacunación.
Sin embargo, es difícil conseguir una bioseguridad buena en sistemas de producción exteriores y la exclusión competitiva funciona peor en campo que en el laboratorio.
Los antibióticos tienen sus inconvenientes, sobre todo el del desarrollo de resistencia antimicrobiana por parte de los patógenos que, por lo tanto, los hacen menos eficaces además de desarrollar la resistencia a otras bacterias, como por ejemplo, la E.coli.
Las diferentes líneas genéticas de aves difieren en su capacidad para resistir la colonización de la salmonela así que eso puede ser una forma de atajarla. Sin embargo, el catedrático Barrow sugirió que eso no sería eficaz si las aves desarrollan este nivel de resistencia según van creciendo dado que los pollos de engorde pueden conseguir el peso para el mercado incluso a las 6 semanas de edad.
Si la resistencia se consigue a través de la modificación genética, puede que los consumidores no lo acepten y existe el riesgo de que la resistencia a otras infecciones o el rendimiento se vean afectados negativamente.
Al comparar vacunas inactivadas con vacunas atenuadas, dijo que las primeras estimulan títulos de anticuerpos altos y están más aceptadas. Por otro lado, las vacunas atenuadas estimular la inmunidad celular y los anticuerpos.
“La salmonela en pollos es un problema de colonización intestinal”, explicó el catedrático. La eliminación de células en realidad no tiene relación con los anticuerpos sino con las células T. Es por eso que las vacunas con cepa viva son más eficaces: estimulan las células T.
Tradicionalmente, la vacunación era posible contra serovariedades que causan enfermedades como la tifosis aviar pero podía no ser eficaz contra las serovariedades que colonizan el intestino.
Inocuidad alimentaria
El catedrático Barrow comparó los serotipos específicos de un hospedador con aquellos que provocan enfermedades que se transmiten a través de los alimentos. Hay pocos serotipos específicos de hospedadores (menos de 10) y normalmente son patogénicos e invasivos, lo que provocan una respuesta inmunitaria. Son específicos del hospedador y no colonizan el intestino. La vacunación es viable contra los serotipos especificos de un hospedador.
Por otro lado, existen más de 2.000 serotipos del tipo de “intoxicación alimentaria”, dijo. Varían lo invasivos que son in vivo y la respuesta inmunitaria contra ellos apenas se comprende. Además, tienden a ser complejos epidemiológicamente dado que tienen muchos hospedadores.
Colonizan bien el intestino y se alojan en las heces en grandes cantidades. Estas características se traducen en que el valor de la vacunación es cuestionable, según Barrow.
Sin embargo, puede que sea posible conseguir protección cruzada entre cepas similares y el desarrollo de una vacuna de cepa viva de salmonela modificada genéticamente parece ser prometedor.
El catedrático señaló ocho criterios para una vacuna ideal:
• protección fuerte contra excreciones fecales e infecciones sistemáticas (en pollitos y ovarios)
• avirulencia estable en humanos
• avirulencia en pollos, sin impacto adverso en la tasa de crecimiento
• protección de larga duración
• protección contra muchos serotipos
• fácil administración
• fácil de diferenciar de la cepa de campo por cultura o serología, y
• compatible con otras medidas de control.
• protección fuerte contra excreciones fecales e infecciones sistemáticas (en pollitos y ovarios)
• avirulencia estable en humanos
• avirulencia en pollos, sin impacto adverso en la tasa de crecimiento
• protección de larga duración
• protección contra muchos serotipos
• fácil administración
• fácil de diferenciar de la cepa de campo por cultura o serología, y
• compatible con otras medidas de control.
Las vacunas se usan en aves en la Unión Europea y en otros lugares; además, los informes de laboratorio muestran una caída en las enfermedades que se transmiten a través de los alimentos a partir de los 90, que es probable que sea en parte atribuible a la vacunación.
En la UE, las autoridades están monitoreando la salmonela en granjas y realizando acciones para lidiar con parvadas reproductoras que arrojen resultados positivos.
Desde 2004, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (del inglés, EFSA) ha desalentado el uso de antibióticos en animales de granja para controlar los patógenos que se transmiten a través de los alimentos.
La vacunación por sí sola no es completamente eficaz; “la limpieza y la desinfección en profundidad también son necesarias”, manifestó Barrow, además de añadir que las vacunas tienen un período de supresión.
Mostró que el estatus de vacunación se ha probado como el primer factor asociado con la Salmonela enteritidis en explotaciones de gallinas en Europa.
Hay muchas vacunas disponibles en el mercado, tanto de cepa viva como inactivadas, y varían en su eficacia, según concluyó Barrow.
Hay muchas vacunas disponibles en el mercado, tanto de cepa viva como inactivadas, y varían en su eficacia, según concluyó Barrow.
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