El economista del IEE analizó la coyuntura económica del país. Devaluación, falta de infraestructura y administración de recursos disponibles.
El negocio agropecuario enfrenta momentos de incertidumbre. Con precios elevados pero costos que acechan, ponen el riesgo el desarrollo de futuros proyectos, como demuestra el reciente anuncio de El Tejar, que decidió dejar de explotar campos alquilados. Al respecto, el economista Salvador Di Stéfano analizó la actual coyuntura, en la que ve como insostenible el actual nivel de los arrendamientos y, asegura, expone la falta de gestión tanto del sector público como del sector privado.
En primer lugar, el economista del Instituto de Estudios Económicos (IEE) de la Fundación Libertad, destacó que “el campo es el gran motor de la economía argentina. Gracias a él, funcionan un montón de servicios y la construcción, y tenemos un país que ha crecido bien en los últimos años. Pero el Gobierno se ensañó y le dio una presión tributaria enorme”.
“(El sector agropecuario) tiene encendidas luces rojas con la retención al 35% y alquileres que equivalen al 50% de la producción”, agregó, por lo que consideró que existen “problemas económicos crecientes”.
Por otro lado, “los precios futuro de la soja y el maíz están bajos. La soja esta en 520 dólares y el maíz, 250, pero si miramos los precios futuros, (se encuentran en) 210 el maíz y 440 la soja”. Este panorama “no invita a producir y se generan interrogantes”, puntualizó.
El factor positivo estaría dado por los valores actuales de la producción agropecuaria: “Tenemos buen precio, y si lo sabemos aprovechar, podemos tener ventajas competitivas de cara a un año”.
Sobre el anuncio de la empresa El Tejar, que decidió hacer foco en el negocio de campos propios y abandonar las inversiones en campos arrendados, analizó: “Cayó como una bomba. Pagar un 50% de la producción en alquiler es una locura. El campo argentino pide un cambio en la forma de hacer negocios. Estos alquileres no son sustentables”.
En este contexto, “El campo aporta fondos y el Estado se los gasta. No es un problema de política o economía, es gestión. El campo pone mucha plata sobre la mesa y no te hacen (sic) una ruta. Para ponerlo en términos más callejeros, yo puse la plata y vos, en lugar de comprar la casa, alquilaste. La gestión no se cambia con la política, se cambia trabajando”.
“En Argentina desde 2003 se disimuló la gestión porque vivíamos maravillas. Eso disimulaba la gestión del hombre de campo y del gobierno. Hoy se frenó la suba precios, las cantidades se frenaron, bajó el agua y encontró desnudo al gobierno que no hizo gestión y al hombre de campo que no hizo gestión”, finalizó.
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