La producción de semillas de soja contra estación en Uruguay no sólo no creció a elevadas tasas, y de forma sostenida como se esperaba sino que por primera vez cayó en superficie.
El panorama en las actuales condiciones no es alentador para el crecimiento de esta práctica, indicó el gerente de la Cámara Uruguaya de Semillas (CUS), Daniel Bayce. Si bien señaló que el marco normativo es considerado serio y confiable, "el mayor problema de Uruguay son los altos costos. Producir una hectárea de soja contra estación posee un valor US$ 100 mayor que en Argentina, quien a su vez mejoró su marco normativo y de cero pasó a quintuplicar el área que se realiza en Uruguay", afirmó.
En la última zafra la superficie dedicada a la producción de este tipo de semillas, cuya comercialización está prohibida en Uruguay, cayó de 2.100 a 2.000 hectáreas. En la primera zafra el área que se destinó a esta práctica fue de 1.000 hectáreas.
"No podemos jugar solos, sino que debemos adaptarnos a la realidad de los competidores. En la última campaña el pedido fue por 3.000 hectáreas. La velocidad de respuesta es clave, ya que las empresas no pueden demorar para saber si trabajan en Uruguay o si van a buscar otro lugar", indicó Bayce.
El presidente del Instituto Nacional de Semillas (Inase), Pedro Queheille, reconoció que los tiempos son extensos (los pasados pedidos fueron presentados en marzo y otorgados en noviembre) pero explicó que el marco de bioseguridad existente en Uruguay es muy confiable y es difícil poder acelerarlo.
Bayce, quien destacó la idoneidad de la bioseguridad en Uruguay, declaró que en las demoras también pesa la falta de recursos humanos.
"Las personas que hacen la evaluación de riesgo además de esta tarea están abocadas a diferentes trabajos en otros organismos del Estado", situación que fue reconocida por Queheille.
Pese a todo no se estima que el área dedicada a esta actividad se reduzca, dado que "la demanda desde países como Estados Unidos es tal que se buscan distintos lugares para realizarla, aunque a la hora de sembrar grandes superficies la competitividad es decisiva".
Las principales empresas del hemisferio Norte producen este tipo de semillas en distintas partes del mundo, ya que necesitan dos cosechas al año y por su clima sólo pueden realizar una. Chile y Argentina son los principales competidores de Uruguay en la región.
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