sábado, 2 de febrero de 2013


Piedras

Arrancó febrero y se mantiene el ya clásico reclamo del sector agropecuario con respecto al  gobierno, al que acusa de no ocupar su lugar de árbitro entre los diferentes intereses ni de bregar por el bienestar común. En resumidas cuentas, para el campo, el gobierno en lugar de aportar soluciones, pone palos en la rueda.

Los obstáculos no siempre tienen que ver con hacer oídos sordos a viejos problemas, sino también con desacertadas evaluaciones del mercado, que hacen que se generen falsas expectativas, y lo que es peor, que no estemos preparados como país para enfrentar los malos momentos.

Algo de esto está pasando con la soja, de la que se esperaban rindes excelentes y la realidad está demostrando lo contrario. Según un informe de la Bolsa de Cereales de Rosario, sobre la franja central de la región agrícola argentina formada por el Centro, Norte y Sur de Córdoba, Centro y Norte de Santa Fe, Norte, Sur, Centro y Este de Entre Ríos una importante proporción de cuadros de soja de primera transitan etapas críticas de diferenciación o fijación de vainas bajo una condición hídrica entre adecuada y regular.
Esto generó la suba que hubo en el precio de la soja en Chicago especialmente los últimos días, ya que los mercados internacionales están muy atentos a lo que pasa con el clima en el Conosur. Brasil tendrá una super cosecha, de 16 a 18 millones de toneladas más que la campaña pasada, pero por cuestiones climáticas es difícil que Argentina cumpla con el anhelo del gobierno, que especula con alcanzar las 54 millones de toneladas.

 El informe además indica que en varias zonas se relevaron áreas aisladas que presentan condiciones hídricas aún más deficitarias y en consecuencia hay cuadros de soja de primera que ya registran mermas importantes sobre el potencial de rinde. La entidad resaltó que es necesario registrar en el corto plazo lluvias que interrumpan este gradual proceso de deterioro y que las lluvias del fin de la semana no fueron suficientes, atentas a  las altas temperaturas registradas que absorbieron la poca humedad del suelo.

Si bien es cierto que el clima no es responsabilidad del gobierno, sí  es su tarea tomar las precauciones necesarias para que éste afecte lo menos posible. La receta para lograrlo no es difícil. Se trata de acceder al diálogo y dejar de contar como dinero propio el ingreso de divisas y retenciones que a los productores les cuesta tanto generar. Se trata en definitiva, de que el gobierno deje de tirar piedras, para que sea el que las aparte del camino.
Alejandro Cánepa

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