viernes, 1 de febrero de 2013


La pelea de fondo será por las escalas con las que se paga el impuesto

Muchos sindicalistas no fueron a la Rosada ni salieron a felicitar la suba del piso. Es que un 20% de incremento al mínimo tras un 40% de inflación no alcanza y menos con retraso de las escalas.
Después de tantas declaraciones públicas y de hacer tanta bandera con la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, el sindicalismo ayer ni siquiera estuvo presente de manera masiva en la Casa de Gobierno cuando la presidenta Cristina Kirchner anunció la disminución del 20% de ese piso de tributación para los trabajadores en relación de dependencia.
Y después del anuncio, ninguno salió a hacer declaraciones en los medios o a través de las redes sociales, como twitter. Ni de la CGT oficial que encabeza el gremialista metalúrgico Antonio Caló ni de la CGT opositora del dirigente camionero Hugo Moyano, ni de ninguna de las dos vertientes de la CTA.
Es que una suba de 20% en dos años, con una inflación en ese período de más del 40%, implica que los empleados pagaron 20% de impuesto inflacionario al Gobierno, y no sólo Impuesto a las Ganancias sobre sus salarios. “Esto es ajuste que siguen pagando los trabajadores”, dijeron Alfonso Prat Gay y Francisco de Narváez a través de sus cuentas de Twitter.
Pero, además, el otro problema de fondo no es sólo a quienes abarca la obligación de tributar el Impuesto a las Ganancias sobre el salario, algo que suele señalar la Presidenta para enfatizar que son un grupo minoritario frente al enorme universo de la pobreza que en esos momentos sale a reconocer, sino con qué alícuota pagan los que pagan. Es que la no adecuación de las escalas del gravamen hace que cada vez más gente quede cerca de la tasa máxima del 35%.
Y esto empeora cada vez que se discuten paritarias y se ajustan los salarios para correr contra la inflación que les hace perder poder adquisitivo. La negociación colectiva de casi todos los gremios comienza a escalonarse desde marzo, momento en el cual comenzará a notarse la baja en la retención del Impuesto a las Ganancias en los recibos de sueldo. Por lo que esto durará poco.
Con este aumento del 20% en el piso de Ganancias, la Presidenta espera forzar a los gremios, al menos a los amigos, a negociar subas salariales del mismo orden, pero todas las centrales obreras están hablando ya de pautas del 25% para cubrirse de las expectativas de alzas de precio que para 2013 vienen con más fuerza que para 2012, por lo que pronto los salarios volverán a estar soportando más presión fiscal que antes, producto de la inflación.
El gremio bancario, que ya tiene su convenio colectivo vencido al 31 de diciembre de 2012, está negociando un esquema puente que si se tomara como piso de las futuras paritarias, tendría una base de aumento del 24%, por lo que el Gobierno puso el grito en el cielo.
Ayer la Presidenta advirtió que las negociaciones salariales en el sector bancario “impactan” en el aumento de las comisiones, las tasas para créditos y en acuerdos con comercios. Hoy siguen las negociaciones de los bancarios en el Ministerio de Trabajo, con mal pronóstico para los gremios.
La pelea que viene es por el desdoblamiento de las paritarias para que la inflación no tome por sorpresa al salario de los trabajadores, y esto para todas las CGTs y CTAs, salvo tal vez algún amigo como Gerardo Martínez, quien considera que las paritarias tienen que ser anuales.

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