Estos son los datos que el INV tenía previsto anunciar hoy, pero a raíz de la fuerte tormenta registrada el sábado por la noche en el este mendocino, afectando principalmente a Junín, la entidad decidió postergar el ajuste del pronóstico de cosecha hasta saber a ciencia cierta los daños provocados y cuánta uva se espera recoger por estos días.
De esta manera, la proyección final de la vendimia parte de una certeza: desde el 14 de octubre hasta el sábado pasado, ya se han perdido alrededor de 6.312 hectáreas de viñedos a causa del granizo en los distintos oasis productivos, de una superficie total que, con distintos grados de afectación, supera las 15.160 hectáreas.
Además, cerca de un 40 por ciento de las pérdidas totales se concentran en la zona Este, según se desprende de las denuncias de los productores tasadas por los peritos de la Dirección de Agricultura y Contingencias Climáticas (DACC), más una proyección de daños de las tormentas más recientes, que aún deben evaluarse, como la que repercutió particularmente en el área vitícola de Luján y la del sábado por la noche que afectó a Junín.
Denuncias que acumulaban unas 1.100 hasta principios de año y que el intenso fenómeno del miércoles 30 de enero elevó a más de 2.000, a lo que se le deberán sumar 1.000 provocados por la tormenta en Junín, en gran parte de pequeñas unidades productivas: las estadísticas indican que 7 de cada 10 de las más castigadas tienen menos de 10 hectáreas.
Si se tiene en cuenta que la superficie vitícola total de Mendoza ronda las 220 mil hectáreas, en lo que va de la temporada 2012-13 las pérdidas totales representan un 3 por ciento del área productiva aproximadamente y la afectación general ronda el 7 por ciento. Para el Ejecutivo provincial, aún incluidos el resto de los cultivos (la merma productiva afectaría a unas 6.600 hectáreas en ese caso) igualmente es un índice bajo.
"Si bien restan algunas tasaciones, con la proyección realizada aún estamos por debajo del promedio histórico de daños", analizó el director de la DACC, Marcos Scipioni. De acuerdo con el registro del organismo, en el ciclo 2011-12 el impacto ocasionado por la piedra rondó las 18 mil hectáreas.
La cosecha de este año
Ya es habitual el desacuerdo entre las estimaciones oficiales y las privadas, sobre todo cuando los fenómenos climáticos dejan una huella mayor en la cosecha por venir. Y la campaña 2013 no ha sido la excepción en tal sentido, ya que dejó encendida una polémica (que aún no se apaga del todo) en torno a cuál será el volumen de uva a recolectar, un número que indudablemente se ajustó respecto al pronóstico del INV de diciembre.
Sólo proyectado a un 100 por ciento de daño sobre las poco más de 3.000 hectáreas en el Este mendocino, la zona de mayor producción (a un promedio de 200 quintales por hectárea) equivaldría a una merma superior a los 600.000 quintales.
Según el INV el detalle del pronóstico de la vendimia 2013 lo dará a conocer durante esta semana, una vez analizado en profundidad el daño afectado en la zona Este.
La cifra global de uva disponible está en el orden de los 27 millones de quintales. "Como mínimo, en esta temporada habrá 1,3 millón de quintales menos", reconoció el titular del INV, Guillermo García.
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