Doble sequía, mercados nerviosos
Los pronósticos en Estados Unidos ya asumen que en lo que resta del otoño no habrá lluvias suficientes para compensar el déficit actual.
Los productores estadounidenses vienen de sufrir una de las peores sequías de verano de casi toda su historia, que gracias a la tecnología no ha tenido características de desastre nacional.
Si consideramos que el rinde promedio nacional del maíz, informado por el Departamento de Agricultura (Usda) en su último informe, es de 7.700 kilos por hectárea, queda claramente demostrado el buen comportamiento productivo que han tenido los nuevos híbridos, a partir de la biotecnología.
Lo mismo ha sucedido con la producción de soja, mayor a las estimaciones previas como consecuencia de los mejores rindes. Una vez culminada la cosecha de verano en Estados Unidos –en estos momentos el 80 por ciento del maíz y el 71 por ciento de la soja ya se han cosechado–, los operadores comenzaran a evaluar nuevamente el weather market (mercado climático).
De acuerdo con el mapa de contenido de humedad de los suelos ( top soil moisture , hasta 15 centímetros de profundidad), el 50 por ciento de las zonas productoras de maíz están en condiciones de “seco a muy seco”.
Y si analizamos el Mapa de Monitor de Sequía (Drought Monitor), el área afectada total, con datos al 16 de octubre, supera el 80 por ciento de las zonas maiceras. Tenemos que recordar que la misma advertencia hicimos hacia principios de julio cuando, con el análisis del Mapa de Monitor de Sequía y las necesidades de agua del suelo, anticipábamos el potencial efecto alcista sobre el mercado, si la sequía continuaba.
Luego vino lo que todos sabemos, y ahora se vuelve a recrear la misma historia. Los estadounidenses salieron de la sequía de verano y están ahora dentro de una nueva sequía de otoño, continuidad de la anterior.
Las proyecciones de la Agencia Nacional del Clima de los Estados Unidos están previendo para fines de noviembre un déficit hídrico en las principales zonas maiceras de 100 a 150 milímetros; es la lluvia mínima necesaria para compensar el actual déficit hídrico.
Rogando por nevadas. El dato clave es, entonces, que los farmers van a entrar al invierno con una situación de sequía de las más graves de las últimas décadas. Si los pronósticos ya asumen que en lo que resta del otoño no habrá lluvias suficientes para compensar el déficit actual, “todas las fichas de la próxima siembra de maíz y soja” 2013/2014 en Estados Unidos se juegan a las futuras nevadas del invierno, que deberían duplicar su volumen con respecto a lo normal para que la situación potencial de los cultivos de verano no ingrese en zona de “alto riesgo”.
Rogando por nevadas. El dato clave es, entonces, que los farmers van a entrar al invierno con una situación de sequía de las más graves de las últimas décadas. Si los pronósticos ya asumen que en lo que resta del otoño no habrá lluvias suficientes para compensar el déficit actual, “todas las fichas de la próxima siembra de maíz y soja” 2013/2014 en Estados Unidos se juegan a las futuras nevadas del invierno, que deberían duplicar su volumen con respecto a lo normal para que la situación potencial de los cultivos de verano no ingrese en zona de “alto riesgo”.
En estos momentos hay previsiones de la Agencia Nacional del Clima con respecto a la situación de humedad de los suelos a finales de enero de 2013. En este sentido, el organismo estadounidense ya está previendo que el 50 por ciento de las zonas productoras de maíz tendrán un déficit de lluvias en un rango de 50-80 milímetros, y otro 25 por ciento de la superficie tendrá un déficit de 10-40 milímetros.
Todo este análisis basado en el maíz es aplicable también para la soja, y en este punto se puede agregar a nuestro análisis: si hubiera falta de humedad para la siembra de maíz, los farmers tendrán más tiempo para sembrar soja, en su remplazo.
Como antecedente, las dos más graves sequías sufridas por los Estados Unidos, las de 1934 y 1956, tuvieron una duración posterior de dos y tres años. Si este patrón climático se vuelve a repetir, los mercados van a “explotar por los aires”, y los precios máximos que vimos en el 2012 podrán ser los nuevos pisos de 2013.
No estamos diciendo que esto va a suceder, pues es imposible predecir climáticamente lo que sucederá en los Estados Unidos, de aquí a los próximos meses. Nos estamos anticipando de la misma forma que nos anticipamos en julio-agosto en base al análisis de los Mapas de Monitor de Sequía. Y, en base a la fotografía actual, nuestro análisis indica que la situación es muy preocupante y puede llegar a desatar una nueva crisis alimentaria durante la próxima campaña.
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