viernes, 27 de abril de 2018

INTA: Las transformadoras


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Con el eje puesto esta vez en las transformaciones que las mujeres movilizan en los múltiples territorios que habitan, y con un camino recorrido que les permite profundizar en los aprendizajes compartidos, se realizó el jueves 26 de abril, el 4° Seminario La mujer rural hoy, con cinco sedes y cuatro países conectados. Sunchales fue una de ellas, con más de 100 participantes y un programa que sumó a las teleconferencias, un almuerzo compartido, un taller vivencial y una feria de productos.

odos los participantes del encuentro en Rafaela
El encuentro se organiza desde CREAD Argentina, la Red de Educación a Distancia y Ruralidad REDYR, y el INTA Centro Regional Santa Fe a través del Proyecto Regional de la Zona Mixta del Centro. También participan aportando sedes y recursos, la Fundación Atilra, el Instituto de Ciencias de la Salud Fundación Dr. H. Barceló de Buenos Aires, la Universidad El Bosque Colombia;  el Instituto Plan Agropecuario Uruguay y el Colegio de Ciencias Agrícolas Servicio de Extensión de la Universidad de Puerto Rico. Una red de redes que hace posible la conectividad y el intercambio desde lugares, temáticas y enfoques bien diferentes, con un eje común.
En el arranque en la sede Sunchales, hubo acompañamiento de autoridades. Desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Santa Fe, la Dra. María Laura Donnet, Directora Provincial de Capital Humano para la Innovación, compartió el interés gubernamental de conectar la ciencia y la tecnología con las realidades territoriales, y el valor del Seminario en este marco. También técnicas del área de Género y de la Unidad de Planificación del Ministerio de la Producción del Chaco, que acompañan habitualmente este evento, fueron parte de la apertura.
Norma Carosio, coordinadora del evento, desde Buenos Aires, comenzó destacando la vitalidad que fue tomando esta red y el hecho de que todas las organizadoras, en los diferentes lugares, sean mujeres.
María Rosa Scala, desde Sunchales y como coordinadora del evento en el marco del Proyecto Territorial del INTA, agradeció “poder conectarnos con el mundo” destacando que “todas las que están aquí hacen crecer la ruralidad en cada lugar” Había más de 100 mujeres aplaudiendo y presentándose. Los saludos, los carteles, marcaban eso que ya estaba empezando a ocurrir.
Y así siguieron desde cada sede, en cada país, las coordinadoras presentándose y reiterando la alegría de la conexión y el deseo de que el encuentro se desarrolle con la potencia de cada edición.
La primera teleconferencia fue la de Carolina Maturana, coordinadora regional de la campaña regional “#Mujeres rurales, mujeres con derechos “  de la FAO. Habló de sus componentes, de la coordinación de la organizaciones de mujeres para la implementación, la recuperación de sus voces. Lo comunicacional y lo político se unen en esta acción compartida y flexible en la que los diversos países pueden incluir su impronta y vincular sus propias redes, aprovechando la visibilidad de la campaña como acción común.
Adela Nores, de la  Sociedad Rural Argentina es representante de la entidad en la Organización mundial de agricultores y desde Buenos Aires disertó sobre "Mujer rural hoy en Argentina, desafíos y oportunidades”, refiriéndose a  los nuevos roles empresarios que asumen las mujeres y los paradigmas desde los cuales se piensan y organizan sus acciones para aportar al posicionamiento de las mujeres en el sector.
Desde Sunchales, en la sede Atilra, fue el turno de María Elena Aradas Díaz, del INTA Oliveros. Las mujeres en las organizaciones: transformando el territorio, arrancó diferenciando las categorías de sexo y género, y sus consecuencias sobre la construcción de los espacios de mujeres, dando cuenta de la transformación que implica comenzar a poner en valor los tiempos domésticos, especialmente en las tareas de cuidado y compromiso con los otros. También trajo al Seminario el término sororidad, un tipo especial de solidaridad en el ámbito específico del colectivo de mujeres. Habló del reconocimiento que supone a las mujeres que le abrieron camino a estas transformaciones que hoy compartimos en el Seminario, y a tantas otras. Una hermandad de género que es preciso y oportuno hacer crecer en un contexto como el actual en el que las mujeres se mueven con una fuerza visible.
Yamila Rosso (INTA Carlos Pellegrini) vino de la Agencia de Extensión Rural de Carlos Pellegrini, acompañada de muchas mujeres: tamberas, feriantes, huerteras que participaron en el espacio de feria del Seminario. Con dos de ellas-María Alejandra Badino y Chela Colombatto, hablaron, comenzaron hablando de la transformación productiva ocurrida en el Dpto San Martín de la provincia de Santa Fe, de la ganadería a la agricultura. La tarea de las mujeres es clave en la sustentabilidad de los establecimientos tamberos. “Las que aparecen como colaboraciones o ayudas, son actividades constitutivas del desarrollo de las empresas rurales, sobre todo en tiempos críticos como las Inundaciones, sequías, competencia con la agricultura” dijo Yamila. Las mujeres empezaron hablando de por qué eligieron ser tamberas, del ordeñe, del amor a lo que hacen, de los avatares dolorosos que atravesaron. En sus relatos, el trabajo doméstico y el empresarial, el registro del tiempo unido a los embarazos y a la  tecnología incorporada, los eventos y la muerte de los seres queridos, se traman y dan cuenta de estas miradas de mujeres rurales. Miradas de género, situadas, sentidas,
María Carolina Baratero, productora de Irigoyen y Silvina Genre Bert, del INTA Gálvez, compartieron una presentación llamada Caminando juntos, una transformación desde la memoria y la esperanza. Historizaron el camino iniciado con el reconocimiento del déficit alimentario del comedor del lugar y cómo a través del Pro Huerta, comenzaron a unir y fortalecer organizaciones, posibilitando las múltiples acciones que emprendieron: desde la huerta, la feria, el turismo (primer cementerio a cielo abierto) Un proceso protagonizado por mujeres y anclado en una cosmovisión de la tierra y el ambiente que tiñe cada actividad. “Las que somos del campo sabemos de la belleza que anida en la espera de los frutos y de la alegría de comer lo que producimos en la tierra que amamos, para nuestra familia y por qué no, para la población” cerró, o más bien abrió Silvina.
Desde la misma sede de Sunchales, las mujeres rurales cooperativistas de la  Federación de Centros Juveniles de Crespo contaron cuáles fueron las acciones que las constituyeron como grupo y los desafíos que las mantienen unidas en el marco de la Federación. Ellas vinieron acompañadas por casi el único hombre del Seminario, David Monay, que apoya y moviliza la participación en este Seminario desde la primera hora, y también de otros espacios de encuentro organizados desde el INTA Rafaela.
Desde la sede en Buenos Aires de la Fundación Barceló, Bettina Gatt, de la FAO, conectada desde Chile, se enfocó en la problemática particular de la gestión de los riesgos de desastres y adaptación al cambio climático. Fue describiendo cómo los estereotipos también en estas ocasiones refuerzan la desigualdad, dando cuenta de lo que implica incorporar el  enfoque de género en estas situaciones por su aporte a la resilencia, la equidad y la justicia en los desastres.
Por último, en la sede de Sunchales, escuchamos a la Dra. Gladys González, catedrática de economía agrícola y gestora del proyecto Agricultura para la Mujer del Colegio de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Puerto Rico. Realizó un análisis a la luz de una mirada de género también, detectando carreras y programas académicos en los que el predominio de los varones y la mirada tradicional permanece mientras que en otros las evoluciones son claras y contundentes. También se refirió a lo que la universidad plantea como aporte a la soberanía alimentaria. “Nosotros creemos en una alimentación guiada por los saberes de nuestros pueblos originarios, no por de la dieta que nos impusieron los que vinieron” dijo la docente portorriqueña. Ella habla de las “jovenas” en estos vericuetos del lenguaje vivo que hace que en los diferentes países, se busquen las formas de darle cabida al género, en el marco de las relaciones de fuerza que atraviesan cada lugar, cada situación.
Las conferencias siguieron entre las otras sedes participantes hasta las primeras horas de la tarde. En Sunchales, fue de taller vivencial y de feria. Las mujeres trajeron sus productos para vender y compartir: cactus, mermeladas, carteras, llaveros, pastelitos, ropa de bebé. Algo de todo lo que hacen y siguen haciendo.
Las voces de ellas, al final, dieron cuenta nuevamente de la gratitud y compromiso con este espacio, que en esta oportunidad puso el énfasis en las transformaciones, y que en sí mismo - desde la primera vez en el 2016- se transformó. En las palabras que lo habitaron, en las temáticas abordadas, en el reconocimiento de las propias competencias y la de las otras, en imprescindible compañía, emerge la trayectoria y la potencia de estas mujeres rurales. La mujer rural HOY.
Muchas y de muchas partes. En la sede Sunchales, 101 mujeres participaron de manera presencial. Vinieron de más de 20 lugares de las provincias de Santa Fe, Chaco, Buenos Aires, Entre Ríos, Santiago del Estero. Mujeres de cooperativas, sociedades rurales, de grupos, comisiones, comunas, colegios, ministerios, universidades, fundaciones, huertas comunitarias e institucionales, feriantes. Muchas y diversas formas de juntarse, conformando estos colectivos cada vez más conscientes de su lugar, sus roles y sus aportes a esta nueva ruralidad.
También por streamingAdemás de la conectividad entre sedes de los diferentes países, característica de este Seminario, este año se incorporó la transmisión por el canal YouTube de INTA Argentina. 136 personas se conectaron a lo largo de la mañana. Seguiremos explorando esta modalidad y difundiéndola con anticipación en próximas ediciones.

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