El Gobierno de Mauricio Macri decidió levantar la veda y autorizó a Estados Unidos a importar carne de cerdo a nuestro país. Esta decisión generó opiniones cruzadas entre la Federación Agraria y la Sociedad Rural con respecto al impacto que este acuerdo comercial podría tener en el sector. Según un estudio realizado por Focus Market con respecto a la industria de la carne porcina en la Argentina, el consumo en el país aumentó un 138,5 por ciento en los últimos 25 años y de 2011 a 2016 la producción nacional se incrementó en un 76,2 por ciento.
La importación de este tipo de carne sufrió altibajos durante los últimos seis años. En 2011 llegaban 54.970 toneladas desde el exterior – unos US$ 164 millones – , mientras que para 2015 esta cifra cayó a 7.900 toneladas – aproximadamente US$ 27 millones – . Durante el último año los números se revirtieron ya que se importó carne de cerdo por US$ 55 millones, una cifra muy cercana a las US$ 50 millones anuales que estimó el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, que podrían demandar las importaciones desde Estados Unidos.
La mayor parte de la producción nacional de carne de cerdo se destina al consumo interno. De las 530.000 toneladas producidas durante el último año, de acuerdo a los datos que se desprenden del informe de Focus Market, aproximadamente 520.000 quedaron en el mercado argentino. En 2016 se exportaron 12.500 toneladas, las cuales representaron US$ 18 millones.
Hasta ahora era Brasil la que dominaba con amplitud el mercado de las importaciones de carne porcina en la Argentina. Según las cifras del Ministerio de Agroindustria, en el 2015 el 61,9 por ciento del total de toneladas importadas correspondió al país ahora presidido por Michel Temer. Brasil se encuentra en la cuarta posición entre los mayores productores de carne porcina del mundo con más de 3,6 millones de toneladas por año. La producción estadounidense es casi cuatro veces mayor con más de 11 millones de toneladas producidas que lo ubican en el tercer puesto global.
En 1992, cuando se le aplicó el veto a Estados Unidos por cuestiones sanitarias, de los 96,9 kilos por habitante que se consumían anualmente solo 5,7 kilos eran de carne de cerdo, siempre según el mismo estudio. La demanda aumentó progresivamente año a año de la misma manera en que crecía la producción. Desde 2011 el consumo tuvo un alza del 58,4 por ciento – pasó de 8,6 kilos por habitante a 13,6 kilos en 2017 -, mientras que la producción nacional manifestó una suba del 76,2 por ciento – de 300.663 toneladas a 530.000 producidas en 2016.
La importación de este tipo de carne sufrió altibajos durante los últimos seis años. En 2011 llegaban 54.970 toneladas desde el exterior – unos US$ 164 millones – , mientras que para 2015 esta cifra cayó a 7.900 toneladas – aproximadamente US$ 27 millones – . Durante el último año los números se revirtieron ya que se importó carne de cerdo por US$ 55 millones, una cifra muy cercana a las US$ 50 millones anuales que estimó el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, que podrían demandar las importaciones desde Estados Unidos.
La mayor parte de la producción nacional de carne de cerdo se destina al consumo interno. De las 530.000 toneladas producidas durante el último año, de acuerdo a los datos que se desprenden del informe de Focus Market, aproximadamente 520.000 quedaron en el mercado argentino. En 2016 se exportaron 12.500 toneladas, las cuales representaron US$ 18 millones.
Hasta ahora era Brasil la que dominaba con amplitud el mercado de las importaciones de carne porcina en la Argentina. Según las cifras del Ministerio de Agroindustria, en el 2015 el 61,9 por ciento del total de toneladas importadas correspondió al país ahora presidido por Michel Temer. Brasil se encuentra en la cuarta posición entre los mayores productores de carne porcina del mundo con más de 3,6 millones de toneladas por año. La producción estadounidense es casi cuatro veces mayor con más de 11 millones de toneladas producidas que lo ubican en el tercer puesto global.
En 1992, cuando se le aplicó el veto a Estados Unidos por cuestiones sanitarias, de los 96,9 kilos por habitante que se consumían anualmente solo 5,7 kilos eran de carne de cerdo, siempre según el mismo estudio. La demanda aumentó progresivamente año a año de la misma manera en que crecía la producción. Desde 2011 el consumo tuvo un alza del 58,4 por ciento – pasó de 8,6 kilos por habitante a 13,6 kilos en 2017 -, mientras que la producción nacional manifestó una suba del 76,2 por ciento – de 300.663 toneladas a 530.000 producidas en 2016.
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