La comisión nacional ganadera de Nicaragua (Conagan), la Cámara nicaragüense de plantas exportadoras de carne (Canicarne) y la cámara nicaragüense del sector lácteo (Canislac) presentaron el pasado miércoles el estudio que arroja las cantidades de carne y leche que consume por año cada nicaragüense para así promover ambos productos en el país. Según el estudio, […]
La comisión nacional ganadera de Nicaragua (Conagan), la Cámara nicaragüense de plantas exportadoras de carne (Canicarne) y la cámara nicaragüense del sector lácteo (Canislac) presentaron el pasado miércoles el estudio que arroja las cantidades de carne y leche que consume por año cada nicaragüense para así promover ambos productos en el país. Según el estudio, un nicaragüense promedio consume 16.8 kilos de carne y 109 litros de leche por año, cifra que es aún menor al consumo real que debería tener un individuo; las cifras que recabó este estudio fueron desde el año 2010 al 2015 según informaron en la página web El Nuevo Diario del país centroamericano.
Eliza Estrada, oficial del programa de agricultor a agricultor, dijo que la finalidad de este análisis es promover desde el sector privado en alianza con el sector público, algunas políticas públicas que estén dirigidas a incrementar el consumo per cápita lácteo y de carne bovina. “Nosotros somos los mayores productores en Centroamérica de leche y carne, a pesar de ello somos los que menos la consumimos”, lamentó Estrada.
René Blandón, presidente de Conagan, expresó preocupación porque el estudio muestra cifras desiguales, ya que dice que se produce gran cantidad de carne, pero que no la consumimos en ese mismo orden. También recalcó que la única manera de maximizar el consumo de la carne en el país es que el Gobierno subsidie al sector para poder bajar el precio.
Incentivar el consumo
Mientras que Onel Pérez, director ejecutivo de Comisión Nicaragüense de la Carne, Canicarne, dijo que es muy importante conocer cómo se consume la carne y la leche, y cómo incentivar que haya mayor consumo. Según Pérez, el 85% del consumo de la carne bovina proviene de la matanza municipal. Además refirió que las amas de casa son las que están sufriendo por el incremento del precio de la carne y que sienten que cada día se ve más difícil llenar la cesta de la compra. Por esa razón se está realizando este estudio, estimó Pérez. También agregó que 4,000 trabajadores de la industria cárnica se encuentran en riesgo por el alto precio de la carne y por el contrabando internacional, ya que esto podría ocasionar la disminución del empleo en el país.
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