Proeulia es una enfermedad cuarentenaria que produce un daño directo sobre brotes, flores y frutos.
Una de las plagas que más afecta a los frutales y berries, especialmente a los arándanos, son los enrolladores de hoja: Proeulia spp, primera causa de rechazo de los embarques en los mercados de destino. Así, durante la temporada 2011-2012, esta enfermedad generó pérdidas que superaron los US$ 5 millones, según datos de ODEPA.
Es por esta razón, que la Universidad de Concepción –con el cofinanciamiento de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), del Ministerio de Agricultura– está desarrollando una alternativa para combatirla mediante la utilización de controladores biológicos de la plaga: Apanteles y Trichogramma, opciones biológicas económicas y eficientes, además de ser no contaminantes.
En el proyecto, participan como asociados Biobichos Chile Ltda., Agrícola Campo Florido y Driscoll’s, quienes se han unido para encontrar una solución biológica a esta enfermedad —que es cuarentenaria y está presente en muchos países— que ataca a los brotes, flores y frutos.
Por otra parte, su control convencional se traduce en contaminación ambiental, presencia de residuos en la fruta y perjudica la calidad de vida rural.
El manejo de los enrolladores en arándanos se realiza mediante el uso de plaguicidas químicos, aplicados usualmente tres veces por temporada.
Si bien hasta hace poco la regulación de residuos de químicos en la fruta dependía exclusivamente de las exigencias de los mercados internacionales, hoy existe una normativa local tras la publicación, por parte del Ministerio de Salud, de la Resolución Exenta N° 33 del 2010, que fija los residuos máximos para los productos de consumo interno, lo cual también se aplica en arándanos y otros berries.
“Con este proyecto se buscar reducir —mediante un método biológico— las poblaciones de Proeulia spp. Los objetivos son masificar comercialmente él o los parasitoides nativos encontrados sobre huevos, larvas y pupas de Proeulia en el país”, señaló el entomólogo y coordinador de la iniciativa, Pedro Casals.
Entre los resultados esperados –agrega– está contar con un hospedero alternativo que permita la crianza artificial de Proeulia para masificar el parasitoide Apanteles spp. y Trichogramma spp y así disponer de enemigos naturales para el manejo de la plaga.
Los arándanos en Chile comprenden alrededor de 14.000 hectáreas, distribuidas de la siguiente manera: Coquimbo a Metropolitana, 998,7 ha.; O´Higgins al Biobío, 6.200 ha. y La Araucanía a Los Lagos, 3.500 ha.
El cultivo se ubica en primer lugar de exportaciones de frutales menores, con valores FOB promedio —en las tres últimas temporadas— de US$ 111 millones. Los principales mercados de destino son Estados Unidos, con el 77% del valor FOB, y Reino Unido, que aporta el 9%.
Mercado potencial
Las especies del género Proeulia, son polillas de 25 mm, de vuelo crepuscular hasta el amanecer. Las larvas miden hasta 22 mm, son delgadas y muy activas. La larva sale de las yemas y se dirige a las hojas recién brotadas, con las cuales forma un nuevo habitáculo enrollando las hojas, en donde se alimenta saliendo y entrando una y otra vez hasta el estado de pupa, período en el cual queda dentro del capullo.
Muchas de estas larvas quedan adosadas a los frutos mediante un hilo sedoso o contaminan los envases adquiriendo una connotación cuarentenaria.
En este contexto, los investigadores de la Universidad de Concepción han determinado la presencia de parasitoides de larvas y pupas en el ciclo de vida de Proeulia, específicamente Apanteles spp. (10-20% parasitismo), género muy utilizado en el mundo como agente de control biológico, siendo comercializado por numerosas empresas.
Biobichos Chile Ltda. es la empresa que producirá la masificación de ambas especies de insectos para la comercialización de Apanteles.
La solución será la liberación de estos parasitoides en huertos de arándanos como insecticida biológico (Método Aumentativo), que complementará la acción de los insecticidas que hoy se usan en el control de la plaga. Inmediatamente, habrá una evaluación del establecimiento del parasitoide sobre los hospederos y su posterior recuperación.
“La propuesta de manejo biológico de la plaga, mediante el uso de Apanteles y Trichogramma, es una innovación, ya que no existía alternativa biológica económica y eficiente de control, en un rubro tan importante como lo son los arándanos para Chile”, indicó el ejecutivo de innovación de FIA y supervisor de la iniciativa, Juan Carlos Galaz.
En este sentido, y debido a la distribución de la plaga, se estima un mercado potencial equivalente a toda la superficie plantada de arándanos en el país.
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