MEXICO : Al igual que todo en la vida evoluciona, las bases y criterios para enfrentar y prevenir la enfermedad del Derriengue necesariamente deben enfocarse, ahora, sobre un ángulo más de Estrategia de Prevención que como una acción de reacción.
La enfermedad de Derriengue sigue presente en México, aunque quizá bajo un esquema de manifestación más controlado que el que ocurría en los años cincuenta y sesenta; hoy podemos considerar que la experiencia ganada a través del tiempo y la exposición al problema, han derivado en investigaciones y definiciones valiosas que nos favorecen dentro de ese campo.
Para asegurar la eficacia de una Estrategia de Prevención contra el Derriengue, es imprescindible integrar conocimientos relevantes de inmunología, epizootiología de la enfermedad en la zona específica que enfrente el problema, la biología y hábitos de los vectores, así como el conocimiento certero de las vacunas y sus diferencias que derivarán en la respuesta que pueda generar el animal vacunado.
En relación a lo anterior, me permitiré exponer las experiencias acumuladas en cuanto a la práctica de vacunación se refiere, iniciando por ubicar que existen ciertos factores que pueden influir en la selección de un tipo de vacuna en lugar de otro, aun reconociendo la eficacia de las vacunas que confieren inmunidad de un año de duración, el comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud recomienda que se empleen las que dan tres años de inmunidad, pues son las que mejor permiten aumentar la proporción de animales inmunizados (perros, gatos y bovinos), en programas completos de lucha contra la rabia.
Deben quedar cubiertos tres criterios para que una vacunación sea posible o incluso conveniente en la lucha contra una enfermedad específica:
1. Identificar en forma precisa y absoluta el microorganismo causal.
2. Se debe tener la seguridad de que una respuesta inmune podrá de hecho, proteger al animal contra la enfermedad en cuestión.
3. La vacunación no debe tener inconvenientes. Antes de utilizar una vacuna, hay que estar totalmente seguro de que los peligros involucrados no sean superiores a los que corresponden a la probabilidad de contraer la propia enfermedad.
Para asegurar la eficacia de una Estrategia de Prevención contra el Derriengue, es imprescindible integrar conocimientos relevantes de inmunología, epizootiología de la enfermedad en la zona específica que enfrente el problema, la biología y hábitos de los vectores, así como el conocimiento certero de las vacunas y sus diferencias que derivarán en la respuesta que pueda generar el animal vacunado.
En relación a lo anterior, me permitiré exponer las experiencias acumuladas en cuanto a la práctica de vacunación se refiere, iniciando por ubicar que existen ciertos factores que pueden influir en la selección de un tipo de vacuna en lugar de otro, aun reconociendo la eficacia de las vacunas que confieren inmunidad de un año de duración, el comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud recomienda que se empleen las que dan tres años de inmunidad, pues son las que mejor permiten aumentar la proporción de animales inmunizados (perros, gatos y bovinos), en programas completos de lucha contra la rabia.
Deben quedar cubiertos tres criterios para que una vacunación sea posible o incluso conveniente en la lucha contra una enfermedad específica:
1. Identificar en forma precisa y absoluta el microorganismo causal.
2. Se debe tener la seguridad de que una respuesta inmune podrá de hecho, proteger al animal contra la enfermedad en cuestión.
3. La vacunación no debe tener inconvenientes. Antes de utilizar una vacuna, hay que estar totalmente seguro de que los peligros involucrados no sean superiores a los que corresponden a la probabilidad de contraer la propia enfermedad.
Por muchos factores se hace imposible proponer un esquema de vacunación para todas y cada una de las vacunas disponibles actualmente en el mercado veterinario, sin embargo existen ciertos principios comunes a todos los métodos de inmunización activa. En el caso de la vacunación contra la Rabia Paralítica Bovina no existe un calendario de vacunación generalizado, esta se adecua a los sistemas de manejo de cada productor y presentación de brotes. Por lo general esta se lleva a cabo antes y después de las lluvias.
Existen criterios que se deben tomar en cuenta para prevenir la Rabia Paralítica Bovina:
* Una parte fundamental para el éxito en la vacunación de los animales es el manejo de la red fría. En muchos casos ésta es deficiente en los procesos de aplicación por parte del productor o encargados de realizar esta actividad.
* El desconocimiento de la inmunidad pasiva por parte del productor puede llevar a un fracaso en la vacunación.
* Los anticuerpos maternos que la madre pasa a través del calostro al becerro están presentes hasta por cuatro a cinco meses después del nacimiento, mismos que pueden interferir con el proceso exitoso de la vacunación. Si se considera necesario estimular la inmunidad desde esta etapa, se puede vacunar hacia el final del embarazo, eligiendo entre las vacunaciones intervalos tales que se consigan niveles máximos de anticuerpos en el momento en que se forma el calostro.
* Puesto que los recién nacidos se benefician de una protección pasiva que les confieren los anticuerpos de origen materno, frecuentemente es difícil que se puedan vacunar exitosamente los animales en época temprana de su vida. Después de nacido el animal, la regla es que solo se pueda lograr una vacunación exitosa cuando va cediendo la inmunidad pasiva. Sin embargo no se sabe con exactitud cuando desaparece la inmunidad de origen materno, por lo tanto la regla es que se apliquen dos vacunas cuando menos. La segunda inyección se aplica aproximadamente a los 3 meses de edad.
* Los becerros nacidos de vacas no inmunizadas pueden vacunarse desde las 3 semanas de edad con un refuerzo cuando cumplan los 3 meses de edad.
* En la zona enzoótica, al igual que en situaciones de brote, se recomienda utilizar vacunas de virus vivo modificado en todos los animales, lo que proporciona una inmunidad rápida y duradera. En vacunación sobre brote, se espera que algunos animales mueran ya que pueden estar en proceso de incubación del virus de la rabia, lo recomendable es una revacunación a los seis meses después de la primera aplicación.
* Cuando se presentan casos de rabia en becerros menores de 3 meses de edad, la recomendación es vacunarlos, al igual que en el punto anterior con vacunas de virus vivo modificado y al cumplir 3 meses de edad una segunda vacunación con un tercer refuerzo a los 6 meses.
* El intervalo entre dosis de refuerzo de las vacunas es variable; las vacunas con virus muerto, que producen una inmunidad débil, requieren refuerzos frecuentes, a veces cada 6 meses; en cambio, las vacunas con virus vivo, que consiguen una inmunidad de larga duración, solo requieren un refuerzo cada 2 o 3 años (sin embargo lo recomendable en la zona enzoótica es que la revacunación debe ser anual)
* En este sentido es importante elegir la vacuna adecuada prefiriéndose aquellas que confieran una inmunidad duradera en las diferentes especies de animales domésticos.
* De las vacunas de virus vivo modificado producidas en cultivos de tejidos, Derrisan® Cepa ERA® ha resultado efectiva a través de una extensa evaluación de laboratorio y campo. Se recomienda una dosis de 2 ml para los bovinos, así como para las otras especies domésticas.
* Derrisan® Cepa ERA®, ha demostrado que tiene un amplio poder antigénico ya que 24 meses después de su aplicación, en el 98% de los animales probados se encontraron anticuerpos contra la rabia.
* El hecho de detectar anticuerpos circulantes específicos contra la rabia, es un buen indicador de que los animales están protegidos.
El trabajo de campo en el control de brotes de la Rabia Paralítica Bovina nos ha permitido reflexionar sobre algunos aspectos por los cuales probablemente no se ha logrado controlar por completo esta enfermedad:
• Los productores que se encuentran en la zona enzoótica a pesar de que conocen los signos de la enfermedad y el potencial transmisor de la misma, podríamos asegurar que la vacunación la realizan cuando el brote está presente. En general no hay una convicción de la prevención de las enfermedades, sino que esta actividad se ha hecho una costumbre.
• Pocas veces se llega al diagnóstico de laboratorio para identificar en forma precisa el agente causal de la enfermedad, lo que conlleva a gastos innecesarios en otro tipo de vacunas que no son las adecuadas para la enfermedad en cuestión.
• Poca seriedad en el diagnóstico de campo, con el objetivo de introducir una vacuna o bacterina se da un diagnóstico erróneo, ocasionando el retraso en el control y permitiendo el avance de la enfermedad, con graves pérdidas económicas para el ganadero.
• No se tiene estructurado un plan estratégico para el control del murciélago hematófago.
• Asimismo no se cuenta con un programa estratégico sólido y contundente para la prevención y control de los brotes.
El control del transmisor, por un lado, y la prevención de la enfermedad en los animales, por el otro, deben estar estrechamente relacionados, esto permitirá disminuir los brotes de Rabia Paralítica Bovina.
• Los productores que se encuentran en la zona enzoótica a pesar de que conocen los signos de la enfermedad y el potencial transmisor de la misma, podríamos asegurar que la vacunación la realizan cuando el brote está presente. En general no hay una convicción de la prevención de las enfermedades, sino que esta actividad se ha hecho una costumbre.
• Pocas veces se llega al diagnóstico de laboratorio para identificar en forma precisa el agente causal de la enfermedad, lo que conlleva a gastos innecesarios en otro tipo de vacunas que no son las adecuadas para la enfermedad en cuestión.
• Poca seriedad en el diagnóstico de campo, con el objetivo de introducir una vacuna o bacterina se da un diagnóstico erróneo, ocasionando el retraso en el control y permitiendo el avance de la enfermedad, con graves pérdidas económicas para el ganadero.
• No se tiene estructurado un plan estratégico para el control del murciélago hematófago.
• Asimismo no se cuenta con un programa estratégico sólido y contundente para la prevención y control de los brotes.
El control del transmisor, por un lado, y la prevención de la enfermedad en los animales, por el otro, deben estar estrechamente relacionados, esto permitirá disminuir los brotes de Rabia Paralítica Bovina.
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