domingo, 2 de febrero de 2014

Aun con la devaluación, no será fácil lograr más exportaciones de vino


Apesar de la fuerte devaluación del peso, a las bodegas les costará mucho revertir la tendencia negativa que muestran las exportaciones de vino en los últimos dos años. Los empresarios bodegueros reconocen el impacto favorable inicial que implicó la suba del tipo de cambio, pero a la vez temen que este beneficio sea absorbido por [...]
Apesar de la fuerte devaluación del peso, a las bodegas les costará mucho revertir la tendencia negativa que muestran las exportaciones de vino en los últimos dos años. Los empresarios bodegueros reconocen el impacto favorable inicial que implicó la suba del tipo de cambio, pero a la vez temen que este beneficio sea absorbido por la inflación, que no puede ser trasladada a los precios de exportación. La crisis que enfrentan las exportaciones vitivinícolas por la pérdida de plazas internacionales se inició en 2012, pero se profundizó el año pasado. Entre enero y noviembre de 2013 las ventas al exterior cayeron más de 17% en volumen, según las estadísticas de la consultora especializada Caucasia Wine Thinking. En el caso de los vinos en botella, la baja fue sensiblemente menor, del orden del 1,6%, aunque el dato más preocupante es que las ventas de las bodegas argentinas cayeron en siete de los diez principales mercados para la industria local, como Canadá, Brasil, Holanda, China, Suiza, Suecia y Japón. “La mejora que tuvimos por la devaluación se la terminó absorbiendo los productores de insumos que nos están actualizando los precios, con subas que rondan entre 25 y 30%”, advirtió Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, la entidad que reúne a los principales jugadores del sector. En la industria aseguran que los fabricantes de insumos activaron en forma casi automática los aumentos de precios, sin discriminar si se trataba de artículos importados o nacionales. “Está claro que la industria estaba sufriendo un retraso cambiario desde hace por lo menos dos años, que provocó un incremento en los stocks de vino y uva en el mercado interno, con el consiguiente impacto en los precios. Pero desde la devaluación, las bodegas recibieron nuevas listas de precios de los fabricantes de cápsulas, vidrio y cajas de cartón”, advirtió Sergio Villanueva, gerente general de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA).

sesgo latinoamericano

En la bodega sanjuanina Casa Montes reconocen que su sector estaba a la espera de una medida que ayudara a recuperar la competitividad de sus exportaciones. “Era algo que estábamos esperando y que sin dudas va a ayudar a la industria porque los componentes importados son reducidos”, reconoció Carlos Pujador, gerente general de Casa Montes, que en el último año sufrió una caída del 50% en sus exportaciones. “Por la pérdida de competitividad de nuestras exportaciones nos tuvimos que concentrar en los vinos de alta gama y en los mercados de América latina, que eran los únicos que aceptaban los cambios de las listas de precios”, explicó el empresario sanjuanino.

concentración en puerta

En la industria destacan que la pérdida de clientes internacionales puede terminar provocando un proceso de depuración del mercado. “Con exportaciones en baja y un mercado local estancado y altamente dominado por el vino de baja calidad, el panorama para la industria no es optimista. De la misma manera que sufrirán los productores por un excedente en la producción de uva y precios deprimidos, también sufrirán las bodegas, en particular las llamadas boutiques, ya que tendrán serias dificultades en colocar sus productos a precios rentables. Es de esperar una fuerte consolidación en el mercado”, explicó Guillermo Banfi, director de la Bodega Sur de los Andes.

Subsidios cruzados

En la actualidad, en el mercado local operan más de 1000 bodegas, de las cuales un tercio exportan con continuidad. Sin embargo, las 30 empresas más grandes del rubro concentran el 70% de las ventas al exterior. “En general, estas bodegas tienen una fuerte presencia en el mercado local, permitiéndoles mantener los precios de exportación ya que compensan la baja rentabilidad en el mercado exportador con aumento de precios en el local. Los mercados externos son altamente competitivos y no permiten aumentos de precios”, asegura Banfi.

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