miércoles, 26 de febrero de 2014

La soja da revancha


A los agricultores les dijeron desde hace tiempo que se olvidaran de los US$ 500 por tonelada para la soja y que se aprontaran a precios más bajos. Estados Unidos logró una recuperación en la producción el año pasado mientras en América del Sur el aumento de la superficie agregaría presión de oferta al mercado. [...]
A los agricultores les dijeron desde hace tiempo que se olvidaran de los US$ 500 por tonelada para la soja y que se aprontaran a precios más bajos. Estados Unidos logró una recuperación en la producción el año pasado mientras en América del Sur el aumento de la superficie agregaría presión de oferta al mercado. Con una demanda que seguiría creciendo pero sin un rebote, la teoría apuntaba a un descenso marcado en las cotizaciones.
Cuando se está llegando a marzo, los productores vieron como los precios crecieron más de US$ 25 por tonelada en poco más de una semana. Y es que la teoría –suba mayor de oferta que de demanda igual a precios más bajos- era justamente eso, teoría. Tenía que jugar el clima en América del Sur y los temores sobre la oferta en Estados Unidos.
Habitualmente en esta fecha del año el mercado estadounidense le pasa la posta a América del Sur para cubrir la demanda mundial. Y ese empalme tiene riesgos, sustos que se trasladan directamente a las pantallas en Chicago. En los últimos meses China presionó fuertemente comprando soja desde EEUU tras lo cual se volcaría a la oferta primero brasileña y, más tarde, la argentina. Entonces, se esperaba que China cancelara negocios cerrados previamente con la soja estadounidense para comprar más barato en los puertos brasileños.
¿Qué es lo que pasa cuando llegamos casi al cierre de febrero? Que se cerraron negocios por un volumen equivalente al 105% del pronóstico de exportaciones del USDA para el actual año comercial 2013/2014 que cierra el 31 de agosto en Estados Unidos. Pero lo más importante, es que se había embarcado efectivamente casi el 88% de los negocios hasta el 20 de febrero. Esto, faltando cinco meses para que cierre la zafra y entre la nueva producción estadounidense con todo el partido climático por jugarse.
En este escenario de una proyección de stocks muy ajustados en el Norte, el clima empezó a jugar su partido especialmente en Brasil. Durante enero y más de la mitad de febrero hubo una ola de muy altas temperaturas en varias regiones productoras importantes de Brasil. A eso se sumó en las últimas semanas un exceso de lluvias que demoró la cosecha y la salida de granos desde los puertos.
Y eso encendió las alarmas. En Argentina, en tanto, las condiciones climáticas tuvieron sobresaltos por exceso de lluvias durante parte de enero y febrero aunque sin un riesgo marcado. Lo que pesa en Argentina es la decisión de los productores de administrar sus ventas ya que la soja es el principal activo de valor.

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