Tanto desde las entidades como en el sector exportador consideran que el Banco Central tiene como principal objetivo mantener el stock de reservas.
Es la meca hacia la que peregrina con calma Juan Carlos Fábrega desde que, el 5 de febrero pasado, logró frenar la hemorragia que sufrían las reservas del Banco Central: la fuerte liquidación de dólares que debería empezar a sentirse a fin de marzo y que las propias cerealeras aseguraron al Gobierno que podría llegar a los u$s27.000 milllones.
Mientras tanto, el camino hacia a ese flujo de divisas parece largo y expuesto a turbulencias. Las reservas retrocedieron al menos u$s 200 millones en estos 20 días a pesar de que, en el mismo período los bancos se vieron forzados a liquidar u$s1.550 millones por una reciente normativa oficial, consigna Ambito Financiero este jueves.
Por su parte, el tipo de cambio oficial retomó su tendencia alcista, acumuló una suba de once centavos y medio en una semana, desde los $7,77 hasta los $7,89, y promete llegar en poco tiempo a los $8 y las expectativas de devaluación implícitas en los futuros de dólar del mercado local empezaron a reacomodarse tras el desplome exagerado que habían mostrado desde los primeros días por la sobreoferta de contratos que generó la nueva exigencia oficial.
Finalmente, el organismo debió volver a tentar con “letras” a las cerealeras, por primera vez en dos meses, para que se animaran a liquidar sus dólares al tipo de cambio actual.
Nada de esto asusta demasiado a los ejecutivos que siguen de cerca el mercado cambiario. Pero confirma, para ellos, algunas señales de que el problema del dólar todavía no está superado. Saben que el fin último de Fábrega es mantener firme el stock de reservas, aún a costa de cualquier otro efecto en la economía real.
“Al BCRA sólo le importa sumar divisas, y no demasiado su resultado. Día a día todos estamos mirando en dónde termina el stock“, comentaron a Ambito Financiero desde la mesa de dinero de un banco privado.
Las reservas bajaron de los u$s27.775 millones a los u$s27.575 millones desde el 5 de febrero hasta el lunes, según la última cifra que publicó el Central hasta el lunes pasado (el dato provisorio fue ayer de u$s27.632 M).
En las entidades ya anticipan que el camino hacia el período de la cosecha tendrá estas complicaciones. Sólo en los primeros días de marzo podría sentirse cierta calma cuando los bancos liquiden otra porción de los activos en dólares al contado que les exige desarmar el Central (divisas en efectivo y bonos).
Pero con pagos de deuda e importaciones de energía en ascenso, y una etapa estacionalmente adversa para el ingreso de dólares, el objetivo más alto al que puede aspirar hoy diariamente el Central es el de no perder reservas hasta que la cosecha conceda al menos tres meses de paz cambiaria.
El problema cambiario, según se estima, continuará. Las expectativas de devaluación no cayeron sensiblemente para el segundo semestre de este año. Aún después de haber devaluado el peso un 20%, el BCRA no descarta ahora tener que reflotar el instrumento que diseñó a mitad de diciembre para convencer a cerealeras de que liquiden sus dólares.
El miércoles lo hizo por primera vez en casi dos meses para obtener algo menos de u$s 10 millones de una compañía del sector. Se trata de una letra de hasta seis meses de plazo que entrega a cambio de dólares en efectivo y que asegura a quien la suscriba un retorno en pesos del 3,65% anual más la devaluación. Quizá sea una primera y pequeña prueba de que el dólar de hoy, cercano a los $ 8, podría estar todavía lejos de las pretensiones de algunos exportadores, concluye el matutino.
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