ITALIA: ¿El cambio climático podría empujar el trigo duro fuera de Italia?

El trigo duro, que es la materia prima de la pasta, el alimento italiano por excelencia, cada vez está en más retroceso. El cambio climático podría estar empujando progresivamente este cultivo hacia el norte, sacándolo cada vez más fuera de Italia, según la opinión de Domenico Pignone, del Instituto de Biociencias y bio-recursos del Consejo [...]

El trigo duro, que es la materia prima de la pasta, el alimento italiano por excelencia, cada vez está en más retroceso. El cambio climático podría estar empujando progresivamente este cultivo hacia el norte, sacándolo cada vez más fuera de Italia, según la opinión de Domenico Pignone, del Instituto de Biociencias y bio-recursos del Consejo Nacional de Investigación (CNR-IBBR) de Italia.

El cambio climático está cambiando los patrones de lluvia del Mediterráneo, y dado que el trigo es un cultivo normalmente no irrigado, tener períodos más largos con escasez de precipitaciones trae efectos negativos en la productividad y la calidad.

La zona mediterránea, donde la especie ha evolucionado y se ha cultivado desde hace 10.000 años, se está convirtiendo en poco hospitalaria. El trigo duro está empujando cada vez más hacia al norte. Igualmente pasó en la época de los romanos, en la que el cultivo del trigo duro se producía en el norte de África hasta que alcanzó el sur de Italia. Ahora, las cosas están volviendo a cambiar.

Según Pignone, en el sur de Italia, el rendimiento medio del trigo duro es de 2.500 kg/ha, mientras que en el norte, donde las lluvias son más abundantes, los rendimiento medios oscilan entre 4.000 y 5.000 kg/ha, razón de “peso” para que se desplace el cultivo.

Italia actualmente importa más del 40% del trigo que necesita la industria alimentaria. Según Pignone, habría que aprovechar las estrategias de mejora genética que permitieran el desarrollo de un producto de calidad bajo una producción sostenible. El IBBR-CNR Bari cuenta con alrededor de 27.000 muestras de variedades de trigo, mientras que en la actualidad, apenas se usa un centenar de ellas.