jueves, 1 de agosto de 2013

Recomiendan reforzar los controles sanitarios de la harina



Información enviada por: FAUBA
Las enfermedades que afectaron en la campaña pasada al trigo, como fusarium, son tóxicas para las personas. Por esta razón, haría falta hacer "una evaluación minuciosa" de todas las harinas, según docentes de la FAUBA.
Daniel Miralles, docente e investigador de la cátedra de Cerealicultura de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), advirtió sobre la necesidad de reforzar los controles de sanidad sobre las harinas que se comercializa actualmente, luego de una campaña que en 2012 no sólo afectó al rendimiento de los cultivos, sino también a la calidad, por el ataque de enfermedades como fusarium. "Este hongo es tóxico para el consumo humano", advirtió.

Miralles afirmó que la campaña de trigo de 2012 fue una de las más afectadas por fusarium de las últimas décadas. Además de la fuerte caída de la superficie de siembra y de los rendimientos, se obtuvo "una calidad que debe haber sido la peor de los últimos 10 o 15 años", debido a que las fuertes lluvias que cayeron durante los períodos críticos del ciclo del cultivo promovieron la presencia de enfermedades".

Este exceso de humedad propició la aparición de enfermedades, principalmente la fusariosis o golpe blanco de la espiga, causada por el hongo Fusarium graminearum, que afectó en mayor medida al centro y norte de la provincia de Buenos Aires, con pérdidas superiores al 50% de la producción, según el investigador de la FAUBA.

"El fusarium genera toxinas, siendo la de mayor importancia una vomitoxina llamada deoxinivalenol (o toxina DON). El consumo de este tipo de toxina puede conducir a la pérdida de peso, vómitos, diarrea, anemia y otros síntomas. A nivel internacional, el máximo de toxina DON permitido en las harinas para consumo humano es de 1 ppm", explicó Miralles en una entrevista concedida al programa de la Facultad de Agronomía de la UBA, de Sobre la Tierra, que se trasmite por Radio UBA.

"En esta campaña en particular, deberíamos tener especial cuidado y hacer una evaluación minuciosa de todas las harinas que se comercializan en la Argentina (integrales y no integrales), para velar por la salud de la población", aseguró, ante el escenario actual de escasez de trigo disponible para el mercado interno.

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