La Argentina es el tercer productor mundial de Pura Sangre, un negocio que mueve –entre premios por carreras ganadas y ventas de animales– $300 millones. Se crían en el país 11.000 ejemplares, cuyos precios pueden alcanzar los $200.000.
Dentro de la vigorosa industria del turf, se consolida la crianza de caballos de carrera pura sangre, un negocio de larga tradición en el país. En este sentido, la Argentina ya se posiciona en el tercer lugar entre los mayores productores del mundo, detrás de EE.UU. y Australia. Por año, se crían alrededor de 11.000 pura sangre, cuyos valores oscilan entre los $150.000 y $200.000, según los pergaminos obtenidos en las canchas deportivas.
En el mercado se estima que operan unos 100 haras, tal como se definen a los establecimientos de crianza de los Pura Sangre. Los ingresos provienen básicamente de la venta de ejemplares y de los premios obtenidos en las carreras. Este centenar de haras mueve en conjunto una facturación cercana a los $300 millones al año, según indica una estadística del StudBook Argentino, la entidad que regula la procreación, gestación, nacimiento e identificación de los caballos de mayor renombre en el ámbito del turf. En la actividad, también operan propietarios de caballos independientes, caballerizas, firmas de remates y establos de crianza dedicados al cuidado, la doma y el entrenamiento.
En el mercado estiman que la producción de Pura Sangre creció un 35% en la última década. Si bien en el sector destacan que el negocio crece, algunos se quejan de la escasa difusión del mercado y la falta de beneficios por parte del Estado para impulsar la exportación. “Debemos aprovechar este buen momento. Hay que madurar. Hace cinco caños, se exportaron 450 Pura Sangre y hoy el número no llega a los 150”, explica Mario López Oliva, directivo de laWorld Equine Veterinary Association , una de las entidades que representa a los productores.
Las compañías dedicadas a la cría y doma son consideradas un punto cardinal del negocio. Se trata de los haras. En este costado rentable de potrillos y potrancas de pura cepa campeona, se mueven unos $200 millones sólo en concepto de premios. Lideran este segmento las empresas Firmamento y La Quebrada, seguidas por Abolengo, La Biznaga, y Vacación, por citar algunas de las más reconocidas.
Del centenar de haras que operan en la actualidad, se estima que apenas 10 se quedan con el 50% de la torta. Comúnmente, además de brindar servicios, muchas suelen comercializar el 100% de los machos y reservan un 30% de las potrancas para la reproducción. En este espacio también se destacan los studs (caballerizas), guarderías que albergan, ejercitan y comercializan a los animales, una vez finalizada la doma. Como sea, es muy frecuente que los haras posean studs propios. De las caballerizas más prósperas, figuran firmas como Rubio, Firmamento, Santa María de Araras y Biznaga.
Los conocedores de las razas equinas más veloces explican que el valor de los Pura Sangre depende de varios factores, entre ellos la genética y los logros profesionales de progenitores y antecesores (llamados padrillos o abuelos maternos). Hasta ahora, la progenie Pure Prize , oriunda de los EE.UU., es la más rentable entre los padrillos, según afirma el StudBook Argentino. De la descendencia de abuelos maternos, la sangre Southern Halo (el semental importado de EE.UU. a fines de los 80 para reproducir en el país) se impone por noveno año consecutivo. Con todo, de los 3.700 caballos ganadores (padrillos y abuelos maternos) se entregaron en premios alrededor de $350 millones. En 2002, la cifra representaba un 10% de la actual.
Dicen los que conocen del tema que la inversión en los Pura Sangre es riesgosa y a largo plazo. A los dos años de nacer, los potrillos comienzan el entrenamiento y recién al tercero se comprueban los resultados, esto es, en las competencias oficiales. Del total de la producción de Pura Sangre, “el 70% logra competir, pero a partir de los cinco años la cifra cae a la mitad”, comenta López Oliva. El entendido advierte de la “importancia de un buen servicio de cría y entrenamiento”, para lograr resultados.
Ganador de diez de las últimas estadísticas de criadores más rentables del StudBook Argentino, el haras Firmamento ya lleva recaudado más de $16 millones durante 2012. De sus 500 ejemplares, el 40% obtuvo triunfos. Las crías de Firmamento que están a la venta son 87 potrillos y 94 potrancas, todos descendientes de célebres caballos. El ejemplar argentino Glorioso Van ejemplifica el exhaustivo trabajo que abarca tres generaciones exitosas. Las potrancas Ice Nistel y Jane Sunset son otros de los diamantes en bruto del hara. “En esta actividad hay mucho de intuición, opinión, paciencia y profesionalidad”, remarca Enrique Delguer, director comercial de Firmamento.
Ubicado apenas detrás de Firmamento en las estadísticas de StudBook, el hara La Quebrada ya registra, desde enero hasta acá, una recaudación de $15,5 millones. En el listado clásico, correspondiente a los rendimientos de sus caballos en los tres hipódromos de mayor peso (Palermo, San Isidro y La Plata), se coloca en el primer casillero. De sus 180 productos de catálogo, sobresale Guapo Román, portador de la sangre campeona de Roman Ruller y de Not For Sale.
En las operaciones de Pura Sangre es muy común la venta mixta. Con más de $6 millones recaudados y 171 triunfos de sus caballos, el stud Rubio convoca para diciembre próximo, por ejemplo, a un remate de 50 ejemplares en sociedad con haras La Pasión.
Un jugador clave en el negocio de los remates es Antonio Bullrich, presidente de la Comisión de Carreras del Hipódromo de Palermo. El empresario y dirigente creó un programa de ventas a partir de eventos y competencias. “La calidad del Pura Sangre doméstico es inmejorable, pero aún está la deuda en el juego hípico. Falta desarrollar aún más el sistema de apuestas “, sostiene el fundador y organizador de la Copa Bullrich.
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