jueves, 26 de julio de 2012

El mate, rito y objeto de culto en La Rural


De cuero, con apliques o de silicona, en el predio de Palermo la oferta en mates es de lo más variada, como también lo son sus precios. En quince stands en total, por los que RMN hizo una recorrida, se puede elegir entre un sinfín de modelos, desde los tradicionales de calabaza a los mates de colección. Un abanico de alternativas de este objeto de culto argentino. 

Al margen del ruido y del movimiento que pueblan La Rural por estos días, nunca falta el tiempo ni el espacio para tomar un mate. Unos, con su termo abajo del brazo, pasean de un lado a otro. Otros, al margen del frenético movimiento de la exposición, se apartan en algún rincón y lo disfrutan más tranquilos.

Y es que el mate es, sin duda alguna, la infusión más elegida por los visitantes y trabajadores de La Rural, cuyos expositores este año se hicieron eco de este rito. Los stands en los que se pueden comprar mates este año asciende a quince, en los que no sólo se puede elegir entre los más originales modelos, sino ajustar las compras al propio bolsillo. El espectro de precios va desde los $40 a los $1600 el más caro. 

En el pabellón verde es donde se concentra una gran parte de los stands. Allí, se pueden conseguir, por ejemplo, los mates típicos de calabaza a $40, que también se ofrecen con detalles en alpaca. Para aquellos que busquen mates estampados, los hay forrados en cuero y cuestan desde $50 hasta $85, si el comprador lo quiere con patas de metal.

Pero una particularidad de este sector son los mates cincelados en el momento por su artesano, Pedro Torres. Caballos y flores de liz son algunos de los motivos que él mismo va tallando, y a los que les agrega detalles a pedido. “Lo que hacemos acá es cincelado de metal. Se lo hacemos delante de la gente para que vean cómo es todo el proceso y atrás les dejamos un espacio para que la gente le pueda poner su nombre. Después tenemos pavas cinceladas, que ya son más elaboradas, y arrancan desde $140”, comenta. “Los que más le gustan a la gente son los dibujos típicos, y lo que más llama la atención son las pavas, porque son algo relativamente nuevo”, agrega. 

Pero si de motivos típicos se trata, la figura que no podía faltar en La Rural es la de Molina Campos. Los mates estampados con algunos de sus cuadros más famosos, también se hallan en este pabellón a $60. Otra opción muy novedosa, que atrae sobre todo por sus colores, es la de los mates de silicona, que recibieron en 2009 el Premio Argentino a la Innovación. Además de su inusual material, los usuarios valoran la practicidad de los mismos para vaciarlos una vez usados y lavarlos. Vienen con bombilla y cuestan $65.  

Primer plano. Los mates tienen este año un papel protagónico en La Rural: se venden en 15 stands.




A medida que se le suman detalles, como el recubrimiento con cuero de carpincho, la bombilla o los adornos en alpaca, los precios van obviamente en aumento. En el extremo opuesto del predio, en el paseo de las provincias, un mate de madera de algarrobo, típica de la provincia de La Rioja, forrado en cuero y cosido con tiento cuesta entre $70 y $90 según la elaboración de su diseño. 

Otros mates tradicionales son los de cuero de suela y cuero crudo, que salen $140. Ahora bien, si se busca algo más vistoso, un mate con apliques de alpaca cincelada se consigue a $160 y unos muy finos recubiertos con cuero de carpincho, a $180. 

Finalmente, claro está, no podían faltar los mates con apliques de plata, que son los más caros de todos. Dependiendo de los detalles y el trabajo del metal, van desde $1050 a $1600.

Cómo se toma el mate

Si hay algo que queda claro cuando se le pregunta a la gente cómo debe ser un buen mate, la respuesta casi definitiva es que hay que tomarlo amargo. “Un mate nunca se tiene que mezclar con dulce, siempre tiene que ser amargo. Si le agregás azúcar pierde el gusto”, explica Omar Navar, sentado en el pabellón bovino, obviamente con un mate en la mano. Lo mismo opina Agustín Baldassini, quien ataviado con su ropa gaucha responde sin dudar: “Un buen mate tiene que tener su buena yerba a la medida, el agua estar bien a punto y algún yuyito. Y el criollo busca toda su vida el mate amargo”, concluye, para luego recitar orgulloso un verso del Martín Fierro

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