La Argentina podría alcanzar amplias cosechas de soja y maíz en el próximo ciclo gracias a las abundantes lluvias previstas, luego de sufrir una grave sequía en la campaña 2011/12, dijo ayer la representante local del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
La falta de precipitaciones -como consecuencia del fenómeno La Niña- azotó el corazón agrícola del país en diciembre y enero, lo que afectó los rendimientos y recortó la producción del país austral, el tercer exportador mundial de soja y el segundo de maíz.
A este golpe se le sumó el que llegó en mayo, cuando lluvias más fuertes que las habituales causaron inundaciones en los campos, lo que obligó a demorar la recolección -que todavía no concluyó- en la provincia de Buenos Aires, con el consiguiente riesgo para los cultivos.
Esos embates climáticos han disparado una serie de recortes en las previsiones de cosecha de soja y maíz 2011/12 de la Argentina, cuya abundante producción agrícola es clave para cumplir con la creciente demanda global de alimentos.
No obstante, el panorama luce alentador para el ciclo 2012/13, que comienza entre octubre y noviembre, dijo Melinda Sallyards, consejera agrícola en la embajada estadounidense en Buenos Aires, en un foro sobre Inversión en América Latina.
Los meteorólogos prevén amplias lluvias hacia el final de este año debido a la influencia del fenómeno El Niño, que es la contracara de La Niña y que llegaría a la región justo a tiempo para favorecer la siembra 2012/13.
«Podrían tener cosechas muy abundantes de soja y maíz en la temporada 2012/13 si las precipitaciones de El Niño llegan en el momento indicado, luego de la siembra y también durante el período de floración en diciembre y enero», explicó Sallyards.
El Niño, que es una aceleración de los vientos alisios (ecuatoriales), tiende a provocar lluvias en Sudamérica, mientras que La Niña suele generar un recorte de las precipitaciones.
El clima húmedo impulsaría al sector agrícola e incrementaría los ingresos estatales por impuestos a la exportación, en momentos en que la economía argentina se está desacelerando bajo la presión de la crisis financiera de Europa y por la menor demanda de Brasil, el principal socio comercial del país.
De modo que no solamente las compañías que operan en la Argentina -como Cargill, Bunge y Noble- están interesadas en el pronóstico de cosecha, sino también los mercados financieros internacionales.
«Usualmente, El Niño significa más producción y rendimientos más altos para la Argentina. Ahora estamos viendo una reducción del área de maíz en 2012/13, a 3,5 millones de hectáreas, pero esperamos que la cosecha suba a 23,6 millones de toneladas», agregó Sallyards.
Para el ciclo 11/12, el Gobierno argentino pronostica una producción de maíz de 20,1 millones de toneladas y una cosecha de soja de 41,5 millones.
«Estamos viendo un número estable de hectáreas sembradas con soja 2012/13, pero con una producción mucho mayor», señaló Sallyards, cuya oficina espera una cosecha de 52 millones de toneladas, con 19 millones de hectáreas plantadas con la oleaginosa.
Las estimaciones de la oficina local del USDA son tenidas en cuenta por la sede principal de la agencia en Washington para elaborar sus previsiones oficiales, que actualmente proyectan 55 millones de toneladas para la soja 12/13 de la Argentina y 25 millones de toneladas para el maíz.
Mientras que la mayor parte del impacto de la sequía de diciembre-enero ya fue incorporada en las estimaciones de cosecha, los posibles daños por las inundaciones que afectan a muchos de los campos más fértiles del país aún no han sido calculados, dijo Sallyards.
«Todavía no hemos tomado en consideración el daño causado por la inundación, pero cuando lo hagamos, seguramente el mes que viene, esperamos encontrar que es un daño pequeño en comparación con el que produjo la sequía», anticipó.
Alrededor de 500.000 hectáreas, principalmente en el oeste de Buenos Aires, han quedado cubiertas de agua durante las últimas semanas. Pero considerando que toda la región pampeana, incluidas las zonas de pastoreo, abarca unos 60 millones de hectáreas, el impacto de las inundaciones sobre las exportaciones debería ser limitado.
La oficina argentina del USDA calcula que el área de siembra de trigo será de 4 millones de hectáreas en la campaña venidera, un pronóstico equivalente al del Gobierno local. Pero Sallyards dijo que la cifra del USDA podría caer. «Ésta es nuestra estimación inicial, basada en las intenciones de siembra de los productores de trigo», afirmó.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires también prevé que se dedicarán 4 millones de hectáreas al trigo en el país sudamericano, cuya siembra ya comenzó en este exportador mundial clave del cereal.
Los agricultores, que en 2011/12 implantaron 4,6 millones de hectáreas con trigo, se han volcado hacia otros cultivos debido a las restricciones gubernamentales a la exportación, que dificultan la venta del cereal y perjudican la rentabilidad de la actividad.
Las recientes reformas en las reglas de exportación de cereales de la Argentina no lograron revivir el interés en la siembra de trigo, en momentos en que crecen los temores de que una caída de la inversión en el sector esté afectando la competitividad del país. Argelia rechazó el mes pasado una oferta de trigo argentino, argumentando problemas de calidad.
«Lo que hemos visto en los últimos dos años es un pasaje de la producción de trigo hacia la producción de cebada», dijo Sallyards. Y agregó: «En el área final de siembra van a influir factores tales como el clima, los precios, los costos de producción y cualquier cambio en las políticas gubernamentales».
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