miércoles, 1 de junio de 2011

Mercoláctea 2011

Cómo hacer sustentable el sector lechero ovino

Profesionales docentes de la Facultad de Agronomía de la UBA se esfuerzan por ordenar la producción y a los productores

Evangelina Dulce, ingeniera agrónoma, especialista en agronegocios y alimentos de la Universidad de Buenos Aires, expuso acerca de "El negocio lechero ovino en Argentina. Aspectos a tener en cuenta para entrar y lograr una actividad sostenida", tal vez la clave para poder hablar de un futuro auspicioso de la actividad.
La primera observación es que "este negocio está planteado con baja competitividad", habiéndose detectado una suerte de "círculo vicioso" que es la razón de que no pueda superarse el medio centenar de tambos y, para colmo, se suma una entrada y salida de actores. No siempre son los mismos dueños en los tambos.
La causa del fenómeno es "un diseño organizacional que no se ajusta a la realidad del negocio. En general son productores de pequeña y mediana escala que actúan en forma atomizada", que hacen vulnerable tanto la eficiencia como el resultado económico.

Peligro: el paisaje no es todo

Para una buena parte de la población, el queso de oveja o de cabra es parte esencial del paisaje serrano, siendo esos productos un componente de los recuerdos de un viaje de placer y destinado a ‘las picadas' con los amigos, pero hay un riesgo que debe saberse: "no existe seguimiento de la calidad del producto".
No puede desconocerse que enfermedades como la brucelosis o la tuberculosis pueden generarse a partir del consumo de productos sin controles.

Se puede revertir
"La actividad tiene un alto componente de informalidad, porque al tener baja escala productiva y estar muy dispersos geográficamente, no logran poder de negociación para la venta de leche a la industria", señaló Dulce.

La contracara es que ante la generación de conflictos se pone de manifiesto en las góndolas, donde hay escasez de marcas nacionales de quesos de oveja y son numerosas las marcas extranjeras, los quesos importados.

La especialista propone, para superar este escenario, un diseño organizacional innovador: "los productores deben juntarse para acceder a la compra de insumos y aumentar su poder de negociación, y si bien quizás no puedan elaborar en una misma planta -por las distancias- al menos respetar un protocolo de industrialización para tener una calidad homogénea", así la producción sería puesta por distribuidores en dónde realmente los demanden. "El negocio de especialidades es amplio y diverso: hay degustaciones, cruceros y más, mucho más", dijo entusiasmada.

Finalmente lanzó la idea de hacer un proyecto de mejora de la sanidad de los rodeos ovinos nacionales para que la Ley Ovina pueda cubrir los análisis y sumar tranquilidad a los consumidores.

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